La marquesa de Griñón, Tamara Falcó, e Íñigo Onieva son al fin marido y mujer tras pronunciar el "sí, quiero" en una ceremonia en el palacio El Rincón, en la localidad madrileña de Aldea del Fresno, después de diversos avatares que hicieron pensar que los novios no llegarían al altar.
Más de 400 invitados, un chef cinco estrellas Michelin, tres días de celebración y, sobre todo, la familia encabezada por Isabel Preysler, la madre de la novia, han elevado la atención mediática de la boda.
La propia Tamara diseñó el vestido de su hermana, Ana Boyer, cuyos hijos, Miguel y Mateo, han sido destacados pajes en una ceremonia, de la que solo ha habido imágenes en la entrada del palacio, donde se han congregado decenas de periodistas, ya que todos los detalles serán contados en exclusiva por una conocida revista, que este lunes lanzará un número especial.
La novia ha sido la primera en llegar al palacio. Mientras, el novio ha salido de su casa a las 17:15 horas después de haber pasado las últimas horas con varios amigos.
Un enlace oficiado con 45 minutos de retraso, por el padre Cruz, el guía espiritual de la novia; un sacerdote de Valencia, el padre José Luis, y el padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz. La ceremonia ha concluido a las 20.15 horas.