China está viviendo una ola de contagios que recuerdan a los peores momentos de la pandemia en Europa. Este estallido de casos se debe principalmente a tres factores: la apertura del país tras más de dos años de pandemia con una política de "Covid 0", el bajo porcentaje de inmunización de la población por una infección previa y la baja eficacia de las vacunas chinas.
Muchos países ya han comenzado a tomar medidas para evitar una nueva ola de contagios en su territorio. España, desde este sábado, ha reforzado los controles en aeropuertos españoles exigiendo a pasajeros procedentes de China una prueba negativa frente a la Covid o pauta completa de vacunación.
Pese a estas nuevas medidas, los expertos temen que no se pueda controlar la expansión del virus y que el aumento de casos en China supongo un incremento de la probabilidad de que aparezcan nuevas variantes del virus con "características indeseables".
A estas cualidades "indeseables" se ha referido el catedrático de Genética de la Universidad de Valencia e investigador de FISABIO, especialista en epidemiología y evolución de virus y bacterias, Fernando González Candelas, en declaraciones a SMC España.
Candelas ha explicado que el riesgo de estas nuevas cepas reside en que presenten una mayor transmisibilidad, escape a las defensas inmunitarias obtenidas por infecciones previas o vacunación, o gravedad de la propia infección.
"El mayor riesgo deriva del mayor número de casos, directamente vinculado con el número de mutaciones que puede explorar el virus para adaptarse mejor a su entorno, tanto individual como comunitario. Además, dadas las condiciones sanitarias previas de ese país, en el que vive un número muy importante de personas inmunodeprimidas, también hay un aumento de la probabilidad de que aparezcan variantes completamente diferentes a las que hemos observado hasta el momento, al igual que sucedió cuando apareció la variante ómicron cuando delta era la dominante en la práctica totalidad de países", ha señalado.
En su opinión, la preocupación a la que conduce esta situación se agrava por la falta de información y datos sobre la actual ola de casos, no solo por la incidencia de las nuevas infecciones, sino por la escasa o nula información sobre las variantes que están asociadas a ellas.
"Esto es importante para poder actualizar la composición de las vacunas, como se ha hecho en la segunda dosis de refuerzo con la variante ómicron, contrarrestando así la menor capacidad de neutralización de nuestro sistema inmunitario ante nuevas variantes con más mutaciones en los epítopos (las zonas de las proteínas del virus) que reconocen nuestros anticuerpos", ha enfatizado.
Sin embargo, el experto ha recordado que las vacunas actuales siguen protegiendo con alta eficiencia frente a las infecciones graves y frente a la transmisión. "La vigilancia genómica del SARS-CoV-2 lo que nos permite es acelerar la respuesta ante la evolución del virus en caso de que esta se produzca", ha concluido.