La NASA consigue por primera vez una muestra de un asteroide que podría colisionar con la Tierra dentro de 159 años
Las muestras del asteroide Bennu pueden proporcionar información muy valiosa sobre el origen de la vida y sobre la formación del sistema solar.
La NASA ha logrado un importante hito en la historia de la agencia espacial. Por primera vez en su historia, este domingo logró traer a la Tierra una muestra de un asteroide, que los científicos esperan proporcione información única sobre el origen de la vida y sobre la formación del sistema solar hace unos 4.500 millones de años.
Tras siete años de viaje espacial y en medio de una gran expectación, la cápsula de la NASA con las muestras del asteroide Bennu aterrizó a las 08.52 hora local (14.52 GMT) en el desierto de Utah (Estados Unidos).
Esta es la primera vez que la NASA consigue traer a la Tierra las muestras de un asteroide. La Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) logró recuperar restos de asteroides en 2020, pero se trató de una cantidad mínima, no mayor que una cucharadita de polvo y rocas.
Bennu contiene moléculas de hace 4.500 millones de años
La misión de la NASA, bautizada como "Osiris-Rex", espera haber recolectado 250 gramos de restos del asteroide Bennu, aunque los científicos no lo sabrán con certeza hasta que abran la cápsula dentro de dos días. Una "cápsula del tiempo"
Lucas Paganini, científico planetario de la NASA, ha explicado que Bennu contiene moléculas que se remontan a la formación del sistema solar hace 4.500 millones de años y que podría arrojar luz sobre preguntas que han intrigado a la humanidad durante siglos, como el origen de la vida y del propio sistema solar.
"Los asteroides son muy importantes porque son los desechos de cuando se formaron los planetas 4.500 millones de años atrás. Son como cápsulas del tiempo, equivalentes a fósiles de dinosaurios que nos permiten saber qué estaba ocurriendo hace millones de años. En este caso, con nuestra misión, estamos viajando miles de millones de años atrás en el tiempo", explicó Paganini.
Los científicos creen que esas moléculas podrían haber llegado a nuestro planeta a bordo de meteoritos y, por tanto, analizar la composición de Bennu les servirá para comprobar esa hipótesis y esclarecer qué papel podrían haber jugado los cuerpos celestes en el origen de la vida.
Precisamente, los científicos eligieron Bennu porque es relativamente rico en moléculas orgánicas y, además, tiene una órbita conocida, lo que facilitó que la nave nodriza "Osiris-Rex" pudiera acercarse para tomar muestras.
Descubierto en 1999, se cree que Bennu se formó a partir de fragmentos de un asteroide mucho más grande tras una colisión. Mide medio kilómetro de ancho, aproximadamente la altura del Empire State Building, y su superficie negra y rugosa está llena de rocas grandes.
Podría colisionar con la Tierra en 159 años
Además, existe la hipótesis de que Bennu colisione con la Tierra en 159 años y, aunque esta posibilidad es de solo un 0,057 por ciento, esta misión de la NASA también serviría para ver cómo cambiar la trayectoria del asteroide si fuera necesario, dijo Paganini.
La cápsula ingresó en la atmósfera alrededor de las 8:42 hora local en Utah (14:42 GMT), viajando a una velocidad de 44.500 kilómetros por hora y enfrentando altas temperaturas, por lo que era clave que redujera su velocidad durante el descenso a la Tierra.
Cuatro horas antes de su aterrizaje, la nave nodriza "Osiris-Rex" liberó la cápsula en el espacio, a una distancia exacta de 102.000 kilómetros de nuestro planeta, y puso rumbo a otro asteroide llamado Apofis y que estudiará durante los próximos años.
Con la llegada a la Tierra de la cápsula, se pone fin a una aventura que comenzó en 2016 con el lanzamiento de la nave "Osiris-Rex" desde el centro de la NASA en Cabo Cañaveral (Florida). Una muestra de pureza inigualable
Ahora, los científicos de la NASA se llevarán la cápsula a una sala hermética, libre de cualquier otra molécula, en una base militar cercana, asegurando así que la muestra permanezca libre de contaminación.
El valor de la muestra radica en que no está contaminada por otras sustancias, lo que podría proporcionar información previamente desconocida. A menudo, los meteoritos contienen información útil para los científicos pero, al llegar a la Tierra, esta ya se ha visto alterada.
Con el fin de estudiar esta valiosa muestra en condiciones ideales, la cápsula será transportada el lunes en un avión hacia el Centro Espacial Johnson de la NASA en Texas, donde será resguardada en una sala exclusivamente destinada para su preservación.