Todas las alarmas se han disparado respecto al aspartamo, uno de los edulcorantes más empleados, después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya adelantado que podría declararlo en los próximos días como potencialmente cancerígeno. Será el viernes 14 de julio cuando se conocerán los resultados de dos informes en los que se aclararán los riesgo y recomendaciones sobre este producto.
El primero de ellos es el del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) que confirmará si el consumo de aspartamo está relacionado con posibles efectos cancerígenos. Por su parte, el otro informe es el de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), donde se revisarán las recomendaciones de su consumo diario, en base a los resultados del IARC.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recuerda en su página web que el aspartamo es "un edulcorante sintético intenso" que tiene la capacidad de endulzar unas "200 veces mayor que el de la sacarosa". Normalmente se usa en productos con valor energético reducido o sin azúcares añadidos.
También comentan que en el año 2013 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria apuntó que, en las cantidades en las que se emplea, este edulcorante era seguro para el consumo humano, pero desde la OCU destacan que "a menudo se asocia con varios efectos nocivos para la salud", tales como el dolor de cabeza, la epilepsia o los tumores cerebrales.
En las etiquetas de los productos es obligatorio que las marcas informen de los ingredientes empleados. Sin embargo, el aspartamo no está referenciado con su nombre completo, en ocasiones lo podemos encontrar como E951.
En la OCU apuntan una lista de productos bajos en calorías o sin azúcar añadido que normalmente se suelen fabricar con aspartamo: