Como alternativa a los aires acondicionados, ventiladores o climatizadores, apostar por la ventilación cruzada puede ayudarnos en estos días de tanto calor sin coste alguno.
Pero, ¿en qué consiste la ventilación cruzada? Se basa en generar corrientes de aire natural dentro de espacios cerrados para ventilar y renovar el aire. Así también conseguiremos frenar el aire caliente del verano y evitar las que habitaciones se sobrecalienten.
Aunque es fácil, no sólo debemos abrir una ventana o una puerta, también hay que tener en cuenta el tipo de edificio o las horas del día en las que más calor hace.
Es necesario abrir al menos dos ventanas o puertas opuestas, para así permitir que el aire circule desde la zona con alta presión a la de baja. De este modo se consigue una corriente de aire interior que refresque la estancia.
Otra de las claves importantes es poner telas o toldos para que no se calienten las puertas en las zonas en las que el sol de directamente. Cuando llegue la noche también es recomendable abrir las ventanas y puertas para bajar las temperaturas y refrescar el ambiente.
La orientación y la localización de los edificios es importante para disfrutar de la ventilación cruzada. Ya que si la vivienda no tuviera abertura hacia los viento dominantes, la ventilación no será tan buena.
Las viviendas que estén en calles llenas de edificios tendrán más difícil conseguir que el hogar se refresque. Las que cuentan con dos plantas tendrán que tener en cuenta que el aire cálido sube y que será más difícil ventilarlas.