Así afecta el tabaco a la salud mental de los fumadores: "La ansiedad es el mayor enemigo"

El tabaco está presente en todas las actividades de los fumadores. De hecho, está asociado a todos los momentos de la vida del fumador, es fácil de conseguir, es barato, y sobre todo, es legal. Además, el consumo se produce en cualquier lugar y momento, por lo tanto, la percepción de sustancia peligrosa puede quedar en un segundo plano.

Aunque el tabaco no produce consecuencias graves a corto plazo, a largo plazo pueden ser devastadoras e, incluso, en algunos casos, mortales. En lo referente al aspecto psiquiátrico, el tabaco no induce este tipo de trastornos. Sin embargo, se ha demostrado que las personas con este diagnóstico tienen más riesgo de tener, además, un diagnóstico de otras adicciones.

En este contexto, Olvido del Cerro, psicóloga sanitaria y experta en tabaquismo, sostiene que, debido a que tiene nicotina, el tabaco es un producto adictivo y genera dependencia. "La nicotina es una sustancia que activa el sistema nervioso central, es decir, es un excitante, por lo que actúa sobre el cerebro activando y generando alerta", cuenta la especialista.

"La mayoría de las personas utilizan el tabaco para concentrarse en la tarea, otras como 'dieta' para provocar la sensación de saciedad", añade.

Paradójicamente, las personas, en su mayoría, utilizan el tabaco para reducir la ansiedad, cuando realmente es un excitante o activador. "Quizá la ansiedad sea el mayor enemigo de los fumadores que intentan dejar de fumar. La ansiedad es el mayor problema respecto a la salud mental", opina la especialista.

Semejanzas y diferencias entre la dependencia a la nicotina y otro tipo de dependencias

De acuerdo con la experta, todas las sustancias que actúan generando dependencia se producen del mismo modo: actuando sobre el circuito de recompensa y generando patrones de respuesta ante la falta de la sustancia en cuestión.

Sin embargo, existe una diferencia fundamental entre el tabaquismo y otros trastornos. "El tabaco no genera distorsiones cognitivamente, ni alteración en la percepción de forma significativa".

Es decir, cuando una persona fuma, puede realizar la mayoría de las acciones de su vida cotidiana sin mayores dificultades. "No tiene la misma implicación para el organismo ingerir 3 cantidad de alcohol y conducir, que fumar una 3 de tabaco y conducir", ejemplifica.

Esto se debe a que, generalmente, el tabaco no genera distorsiones como ocurre con las demás sustancias. Por este motivo, Olvido del Cerro opina que se trata de un problema muy importante a la hora de hacer frente al tabaco: es barato, se consume en cualquier lugar, esta aceptado socialmente, es legal y no genera alteración de la conducta.

¿Existe una prevalencia de fumadores más elevada entre personas con algún problema de salud mental?

Olvido del Cerro afirma que existe un mayor porcentaje de fumadores en los hospitales psiquiátricos y en personas con enfermedades mentales graves, como, por ejemplo, la esquizofrenia.

La mayoría de las personas utilizan el tabaco como componente para calmar la ansiedad. Por lo tanto, aquellos pacientes propensos a sufrir de ansiedad o depresión, tienen un componente añadido para el abandono del tabaco, "De ahí la importancia de hacer un plan de deshabituación tabáquica adecuado a cada fumador", insiste Olvido.

La especialista sostiene que, en la sociedad actual, se están llevando a cabo grandes esfuerzos para que el tabaquismo no sea un problema de salud pública tan importante como es actualmente. De hecho, señala la existencia de varias organizaciones y campañas que trabajan para lograrlo.

Entre ellas, destaca el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), que está haciendo un trabajo primordial para conseguir espacios sin humo y para que se cumplan las leyes, entre otros cometidos. Por ejemplo, la Ley Antitabaco, cuya reforma entró en vigor el 2 de enero de 2011.

No obstante, Olvido añade que "Es cierto que las personas con enfermedades graves deberían obtener una intervención llevada a cabo por especialistas de salud mental, para conseguir el objetivo, o al menos disminuir el consumo".

Pacientes con problemas de salud mental: nivel de motivación

De acuerdo con la especialista, es fundamental que la motivación de las personas sea intrínseca, es decir, por motivos internos del paciente. La motivación extrínseca es la que se procede del “otro”, por ejemplo, a veces es el familiar quien demanda el abandono del tabaco, otras veces es el médico. Sin embargo, para que la motivación cumpla su función, ésta debe ser intrínseca.

"La motivación de las personas no varía en función de su enfermedad mental, sino de aquello que para esa persona sea importante", cuenta la experta. "Las personas con patologías mentales que acuden a consulta para dejar de fumar lo consiguen, siempre y cuando su motivación sea intrínseca y no extrínseca", añade la psicóloga.

Tratamientos psicológicos contra el tabaquismo

Actualmente, se han desarrollado métodos psicológicos muy eficaces para el tratamiento de los fumadores, muchos de ellos han sido utilizados con éxito en otras patologías (otros trastornos adictivos y en los trastornos de ansiedad fundamentalmente). Olvido del Cerro destaca los siguientes:

• Terapia o tratamiento cognitivo conductual: además de ser el más eficaz, es ideal si se acompaña de tratamiento farmacológico. Se trata de un tipo de terapia psicológica, es decir, del habla, en la que, con la ayuda de un psicoterapeuta, se llevan a cabo sesiones que ayudan al paciente a tomar más conciencia de sus pensamientos negativos. El objetivo es lograr ser más resolutivo en situaciones exigentes.
• Terapia de reemplazo de nicotina (TRN): ayuda con los síntomas de abstinencia difíciles y los deseos por consumir tabaco, razón principal por la que la mayoría de los fumadores confiesan su incapacidad para abandonar este hábito. El uso de la TRN reduce estos síntomas.
• Además, la especialista en tabaquismo señala los siguientes productos que ayudan a abandonar el hábito de fumar: parches, spray, chicles y comprimidos, como Bupropión (cubierto por la Seguridad Social) o Citisina (Todocitan), no financiado.