EDUCACIÓN

Las 7 frases comunes que suelen usar las personas con bajo nivel educativo, según la psicología

Según la psicología, algunas expresiones comunes podrían estar contando al mundo más de lo que quisieras sobre tu educación y tus habilidades interpersonales.

👉 Un experto en comunicación no verbal desvela las señales que indican que una persona miente cuando habla

📌 La letra "L" delata a los mentirosos: así es su forma de escribirla

👉 Cómo identificar a una persona con altas capacidades: dos psicólogos nos dan las claves

Miriam Méndez

Madrid |

Imagen de archivo: tres jóvenes hablando | Pexels

Las palabras no son solo palabras. A veces, son espejos. Reflejan quiénes somos, cómo pensamos y cuánto nos importa conectar con los demás. Pero, ¿te has preguntado alguna vez si ciertas frases comunes que usas podrían estar revelando más de ti de lo que imaginas?

Según la psicología, hay expresiones que no solo indican cómo manejamos nuestras emociones, sino que también podrían hablar de nuestras carencias educativas y sociales. Prepara tus oídos (y tu autocrítica), porque lo que estás a punto de leer podría cambiar tu forma de comunicarte para siempre.

El lenguaje como espejo de nuestra educación

Desde pequeños, nos enseñan que las palabras son poderosas. “Por favor” y “gracias” no son solo fórmulas de cortesía; son herramientas que construyen puentes en nuestras relaciones. Sin embargo, hay quienes no logran incorporar estas habilidades a su vida diaria, ya sea por falta de educación, desinterés o, incluso, patrones emocionales que nunca fueron cuestionados.

Para el psicólogo Howard Gardner, investigador y profesor de la Universidad de Harvard y creador de la teoría de las inteligencias múltiples, el propósito de la educación va más allá de la adquisición de conocimientos. Según el experto, educarnos es aprender a comportarnos con respeto y consideración hacia los demás. La inteligencia interpersonal, una de las que Gardner identificó en su teoría, destaca como clave para entender y relacionarnos eficazmente con otros. Pero, ¿qué sucede cuando estas habilidades no se desarrollan del todo?

Algunas frases comunes, aunque aparentemente inofensivas, pueden ser indicativas de deficiencias en nuestra capacidad de conectar con el entorno. Por este motivo, identificarlas es el primer paso para modificar nuestro enfoque y construir relaciones más sanas.

Es lo que hay

Esta expresión, tan común como frustrante, refleja resignación y una falta de disposición para abordar conflictos o incomodidades. Quienes recurren a esta frase suelen enviar el mensaje implícito de que no están dispuestos a buscar soluciones ni a empatizar con los problemas ajenos. No es una resignación sabia o madura, como la que nos permite aceptar lo inevitable, sino una especie de desdén que evita cualquier esfuerzo de mejora.

Según los psicólogos, este tipo de frases denota una falta de empatía y compromiso. Howard Gardner, en su teoría de las inteligencias múltiples, destacó la importancia de la inteligencia interpersonal, que implica comprender y conectar con las emociones de los demás. Cuando alguien dice "es lo que hay", parece bloquear esa conexión.

Además, investigaciones en comunicación muestran que frases resignadas y negativas disminuyen significativamente la calidad de las relaciones interpersonales.

No es mi problema

Prima hermana de la frase anterior, esta expresión encarna una actitud de individualismo y desconexión emocional. Quien la utiliza transmite un rechazo directo a involucrarse en situaciones que exigen empatía o responsabilidad compartida. "No es mi problema" se convierte en un portazo emocional que distancia y desconecta.

Los expertos coinciden en que esta frase es característica de personas que priorizan sus intereses sobre los de los demás, y que encuentran difícil cultivar relaciones empáticas. Según investigaciones sobre comunicación, estas expresiones se relacionan con estilos de apego evitativo y actitudes egocéntricas que impiden el desarrollo de relaciones colaborativas. La psicóloga clínica Susan Heitler, autora de varios libros, entre ellos 'Del conflicto a la resolución' y 'El poder de dos', afirma que estas frases son síntomas de un problema mayor: una desconexión emocional y la falta de práctica en la resolución conjunta de problemas.

Te lo dije, siempre tengo la razón

Esta frase refleja una actitud soberbia y una baja tolerancia a la crítica. Cuando alguien insiste en "tener siempre la razón", busca invalidar la perspectiva del otro y cerrar el diálogo. Es una forma sutil de imponer superioridad intelectual y emocional.

Psicólogos como Howard Gardner han señalado que este tipo de expresiones son comunes en personas que tienen dificultades para aceptar el fracaso o la vulnerabilidad. Además, investigaciones sobre dinámicas de poder en las relaciones interpersonales revelan que frases como esta son usadas por quienes tienen una necesidad constante de validación y control.

No me importa

El desinterés que comunica esta frase va más allá de las palabras: es un reflejo de desconexión emocional. En situaciones donde el interlocutor busca apoyo o comprensión, esta expresión actúa como un muro que invalida las emociones del otro.

Los psicólogos explican que esta frase suele utilizarse en contextos donde hay un déficit de habilidades emocionales, especialmente la empatía. Según estudios en psicología social, quienes utilizan este tipo de expresiones suelen tener mayores dificultades para mantener relaciones saludables, ya que proyectan frialdad e indiferencia hacia las necesidades de los demás.

Así soy yo

Detrás de esta frase aparentemente inofensiva se esconde una actitud desafiante y rígida. Quienes la emplean suelen utilizarla como un escudo para evitar la autocrítica y justificar comportamientos problemáticos. “Así soy yo” es, en esencia, un rechazo al cambio y una negativa a reflexionar sobre el impacto que uno tiene en los demás.

Gardner explica que la inteligencia interpersonal no solo incluye entender a los demás, sino también ser consciente de cómo nuestras acciones afectan a quienes nos rodean. Rechazar esta reflexión a través de una frase como "así soy yo" puede erosionar relaciones y limitar el crecimiento personal.

Eso es una tontería

Cuando descalificamos las emociones o ideas de otra persona, como sucede con esta expresión, estamos anulando su experiencia subjetiva. Aunque puede parecer un comentario trivial, lo que realmente comunica es una falta de sensibilidad y empatía hacia el otro.

Los expertos advierten que esta actitud puede ser especialmente dañina en relaciones cercanas, donde la validación emocional es clave para mantener la confianza y la conexión. Además, según la psicología clínica, la descalificación frecuente puede ser una forma de gaslighting, una táctica que, intencionalmente o no, socava la percepción de realidad del otro.

No tengo tiempo para estas cosas

A primera vista, puede parecer una excusa razonable, pero en realidad, esta frase minimiza las preocupaciones del otro y demuestra una falta de interés en sus necesidades. Es una forma elegante de decir: "No me importa lo suficiente como para prestarte atención".

Investigaciones en psicología del trabajo y las relaciones interpersonales indican que quienes recurren a esta expresión con frecuencia suelen priorizar sus propios intereses y descuidan las conexiones emocionales. Si bien todos tenemos límites de tiempo y energía, la forma en que expresamos nuestras prioridades puede marcar una gran diferencia en la calidad de nuestras relaciones.