Cómo se contagia el ‘virus de la bofetada’ y cuáles son sus riesgos
Una enfermedad vírica provocada por el parvovirus B19.
El megaloeritema o eritema infeccioso, conocido popularmente como "enfermedad de la bofetada" es una enfermedad vírica provocada por el parvovirus B19. La principal característica del eritema infeccioso es la llamativa erupción de color rojo en diferentes partes del cuerpo, principalmente las mejillas, y se puede extender a otras partes del cuerpo.
Principales síntomas de la enfermedad
La enfermedad de la bofetada se inicia con síntomas leves y muy generales y luego puede brotar la erupción típica que comienza en las mejillas y es de color rojo brillante. Aunque afecta principalmente a los niños en edad preescolar, puede aparecer a cualquier edad.
De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría (AEP), "los primeros síntomas son inespecíficos, como el dolor de cabeza, mocos o algo de malestar; y no siempre aparece la fiebre". Más adelante brota la erupción tan característica, "comenzando en las mejillas y presentando un color rojo brillante". De hecho, esta erupción, que en ocasiones provoca picor, puede expandirse a otras áreas del cuerpo, a excepción de las palmas y las plantas, aunque aproximadamente el 20% de las personas que contraen este virus no padece síntomas.
"Lo habitual es que desaparezcan las manchas en una semana, pero la erupción se puede reactivar durante varias semanas por determinados factores como la luz, el sol o el calor", afirman desde la AEP. Cuando se da en adolescentes o adultos, también puede provocar dolor articular; así como complicaciones en pacientes inmunodeprimidos, con anemia falciforme o embarazadas. Pero, en general, es leve y benigna; y los niños se recuperan rápidamente sin complicaciones.
¿Cómo se contagia el "virus de la bofetada"?
El contagio tiene lugar, principalmente, a través de la saliva que se emite al hablar, toser o estornudar. Por ello, el enfermo puede contagiar la enfermedad durante el periodo de incubación y al inicio de los síntomas inespecíficos, sin embargo deja de ser contagioso cuando aparecen las primeras manifestaciones cutáneas.
De esta forma, según declara la Asociación Española de Pediatría, "cuando los niños se encuentran en la fase de erupción, que es cuando se puede reconocer la enfermedad, ya no son contagiosos, por lo que no es necesario tomar ninguna medida de aislamiento, ni de exclusión escolar".
¿Cuál es su tratamiento?
Según afirman desde la AEP, "dada la benignidad de la enfermedad no suele precisar ningún tratamiento". Sin embargo, en caso de que aparezcan dolores articulares, fiebre o malestar, se puede administrar algún analgésico o antitérmico habitual, como paracetamol o ibuprofeno. Un virus contagioso, leve, que no requiere de aislamiento.
Prácticas para prevenir su contagio
Al igual que cualquier enfermedad que se contagia por vía respiratoria, las medidas para prevenir contagios son: lavado de manos y buenas prácticas al toser o estornudar, y no apoyarnos en las manos al toser sino en el interior del codo.