Rodrigo Greco y sus dos hijos visitaban los pasillos de Pet Smart, en Carolina del Norte, EEUU, cuando un empleado de Pet Smart, una tienda de accesorios para animales, les preguntó si estaban interesados en adoptar un gato.
Se trataba de Pipes, una pequeña e inocente felina de apenas un mes que fue rescatada por una mujer llamada Sarah cuando el huracán Matthew azotaba con gran intensidad la costa de Raleigh.
La gatita estaba enfundada en un dulce jersey rosa que, en realidad, no era sino un calcetín recortado que le hacía más adorable si cabe.
Según ha informado CNN, los Greco se enamoraron de la pequeña nada más verla y decidieron que formara parte de la familia, donde ya ha hecho buenas migas con Amélie, una perrita que, de momento, ejerce de colchón para Pipes.