"Desde luego, necesitamos tiempo para estudiar el contenido de ese documento y luego daremos nuestra valoración", dijo la portavoz del Ministerio, María Zajárova, quien añadió que Moscú no esperaba en cualquier caso una investigación "imparcial".
La diplomática, en un comentario difundido por la web de la cancillería, lamentó que "una investigación puramente penal fuera politizada y oscureciera el ambiente general en las relaciones bilaterales" entre Rusia y el Reino Unido.
"La decisión de concluir la investigación forense para iniciar otra pública tenía una connotación claramente politizada. La razón está clara. El proceso no era transparente ni para la parte rusa ni para la opinión pública, teniendo en cuenta que la vista del sumario fue cerrada con el pretexto de ser secreto" de Estado, denunció.
En estas circunstancias, agregó, "no era de esperar que el informe final de una investigación parcial y extremadamente opaca, ajustada una conclusiones determinadas de antemano, resultara de repente objetiva e imparcial".
Litvinenko, que pidió asilo político al llegar a Londres en noviembre de 2000, obtuvo la nacionalidad británica y trabajó para los servicios secretos MI6.
La investigación pública británica sobre el caso del exagente, envenenado con la sustancia radiactiva polonio210 en noviembre de 2006, sostiene que el presidente ruso, Vladímir Putin, "probablemente" aprobó el asesinato de Litvinenko.
El juez Robert Owen, a cargo de la indagación, señala en el informe difundido que los exagentes rusos Andréi Lugovói y Dmitri Kovtun, con los que Litvinenko se reunión el día en que fue envenenado tras tomar una taza de té, lo mataron al actuar probablemente bajo la dirección de los servicios secretos rusos.