"Un reducido grupo, decidieron secuestrar algunos vehículos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y armamento, munición", explicó Padrino, que rechazó reiteradamente "esta maniobra vil, burda, vulgar".
"Se apostaron con armas de guerra, con fusiles, con ametralladoras, apuntando hacia las vías (...) Es un intento de golpe de Estado, sin duda alguna, de una magnitud mediocre porque entre otras cosas el 80 %, medido ya, de todos los efectivos que fueron (al levantamiento) fueron engañados", prosiguió.
Los insurrectos son oficiales de la FANB y funcionarios policiales de distintos órganos de seguridad, dijo e indicó que "una parte ya ha sido derrotado.
En opinión de Padrino, el llamamiento de Guaidó, jefe del Parlamento y reconocido como presidente interino de Venezuela por medio centenar de países, se puede calificar como un acto "terrorista" que "raya en un intento de golpe de Estado de una magnitud muy pequeña, muy insignificante".
Aseguró que en los cuarteles de todo el país reina la normalidad y que la FANB está "cohesionada" en su misión de defender los "principios humanistas que recoge nuestra constitución".
"Y si hay que usar las armas para defender esos principios las usaremos (...) Estoy seguro que este acto andaba buscando y anda buscando muertos, anda buscando derramamiento de sangre en las calles de Caracas", advirtió.
Por ello, el ministro responsabilizó a los detractores de Maduro "de toda violencia, de toda muerte que ocurra, de todo derramamiento de sangre que ocurra a partir de este momento".
"Son ustedes los que están propiciando golpes de Estado, usando a los militares (...) A Miraflores (sede del Ejecutivo) no se llega por la violencia, el que llegue a Miraflores por la violencia será derrocado por la violencia, entonces estaremos en un juego perverso", agregó.
Junto a varios jefes del Alto Mando Militar, Padrino terminó su declaración con el grito: "Leales siempre, traidores nunca".