Apenas una semana después de la matanza en un colegio de Uvalde, Texas, donde murieron 21 personas, Estados Unidos sufre otro ataque masivo.
En este caso, al menos cuatro personas han muerto y varias están heridas en un tiroteo ocurrido en un hospital de la ciudad estadounidense de Tulsa, Oklahoma.
Según las informaciones, entre las víctimas habría personal sanitario y pacientes. El atacante, un hombre de entre 35 y 40 años, también ha muerto durante el tiroteo, que, según informa la Policía local, se habría disparado a sí mismo.
El vicedirector de la policía de Tulsa, Eric Dalgleish, ha explicado que el tiroteo se produjo en la segunda planta del edificio, situado en la instalación del Hospital Saint Francis de Tulsa.
Se ha establecido un centro de atención en un colegio cercano para apoyar a las víctimas y para ayudar a los familiares a encontrar a quienes estaban dentro del hospital y no han conseguido contactar con ellos.
Según afirmó el concejal del Ayuntamiento Jayme Fowler al canal CNN, el asaltante, que portaba un rifle y una pistola, estaba buscando a un médico que trabajaba en lugar, extremo que la Policía no ha confirmado.
Este nuevo tiroteo tiene lugar mientras el país continúa reponiéndose de la masacre ocurrida el pasado 24 de mayo, cuando 19 niños y dos profesoras fueron asesinados por disparos de un joven de 18 años en una escuela de Uvalde (Texas), donde el agresor fue abatido después por la policía.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió este martes que se reunirá con miembros del Congreso para tratar la cuestión del control de las armas de fuego, después de lo ocurrido en Uvalde, el tiroteo escolar más mortífero sucedido en Estados Unidos desde el de Sandy Hook, en el que murieron 27 personas, incluido el atacante, en diciembre de 2012.