En Estados Unidos se ha promulgado este martes una condena sin precedentes: el matrimonio conformado por James y Jennifer Crumbley han sido condenados a 10 y 15 años de prisión, respectivamente, por homicidio involuntario. Sin embargo, no fueron ellos los que apretaron el gatillo que acabo con las vidas de cuatro estudiantes de instituto en Míchigan en 2021, sino su hijo Ethan Crumbley, de solo 15 años.
La justicia del estado americano sostiene que esta pareja tiene responsabilidad sobre los actos de su hijo Ethan, al que regalaron una pistola semiautomática por el Día de Acción de Gracias, mientras el joven atravesaba una crisis emocional importante: esta fue el arma que el joven empleó para acabar con la vida de cuatro personas, perpetrando un crimen por el que Crumbley afronta una pena de cadena perpetua.
Tal y como señala la Fiscalía, el padre de Ethan fue "gravemente negligente" por entregar a su hijo una pistola en lugar de ofrecerle tratamiento psicológico, si bien el matrimonio ha argumentado que el arma iba a ser utilizada para cazar en un rancho familiar.
"Jennifer Crumbley no apretó el gatillo aquel día, pero es responsable de aquellas muertes", ha afirmado el fiscal adjunto del condado de Oakland durante la sesión, si bien la mujer ha querido trasladar la responsabilidad de la custodia del arma hacia su marido.
"No me sentía a gusto estando a cargo de eso. Era algo más suyo, así que le dejé encargarse de ello", resaltó la mujer, que expresó un "profundo remordimiento, arrepentimiento y pena" por el tiroteo, perpetrado por su hijo en el instituto Oxford High el 30 de noviembre de 2021: ese día Justin Shilling (17 años), Hana St. Juliana (14 años), Madisyn Baldwin (17 años) y Tate Myre (16 años) acudieron a clase, y jamás regresaron a casa.
En la sesión han estado presentes los familiares de estas víctimas: Steve St. Juliana, el padre de Hana St. Juliana, ha señalado a los progenitores por "permanecer callados".
"No puedo expresar cuánto desearía haber sabido lo que estaba pasando con él o lo que iba a pasar", se ha lamentado James Crumbley que, al igual que su mujer, ha declarado que los funcionarios del instituto actuaron de forma negligente.
Kwamé Rome, juez del condado de Oakland, impuso la máxima pena al joven de 15 años por cometer un "verdadero acto de terrorismo", pues explicó que Ethan obligó a un compañero a arrodillarse antes de dispararle: "Eso es una ejecución", explicó.
Por primera vez en la historia de Estados Unidos, la Justicia ha responsabilizado penalmente a los progenitores de un tirador menor que ha perpetrado una matanza en un instituto.