Aunque los testamentos reales no se hacen públicos y lo que ocurra con gran parte de la riqueza personal de Isabel II, que incluye arte, joyas y dos residencias reales, Balmorak y Sandrigham, probablemente siempre será un secreto, el nuevo rey hereda el patrimonio de la corona y se convierte así en una de las personas más ricas del mundo.
La riqueza de la familia real también pasa por la línea de sucesión y asciende a más de 21.000 millones de dólares en tierras, propiedades e inversiones.
Carlos III, como nuevo monarca, hereda el patrimonio de la corona. Es, de lejos, la mayor parte de la fortuna familiar, con un valor estimado de 19.000 millones de dólares.
Entre las posesiones de Carlos III se encuentran: Regent Street, gran parte del West End, el hipódromo de Ascot. Además, también posee los fondos marinos Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.
Según la periodista de la CNN, Emily Nash, Carlos III ha tenido una excelente administración de su finca en el ducado de Cornualles mientras ha sido príncipe de Gales y fue capaz de generar enormes ingresos tanto de las propiedades, de la tierra y otras inversiones pero también mediante el desarrollo de productos vendidos por el ducado de Cornualles.
En el último año financiero, la corona generó un beneficio neto de casi 361 millones de dólares, impulsado en gran medida por los arrendamientos comerciales del suelo.
De eso, el Tesoro del Reino Unido pagó al monarca lo que se llama una subvención soberana: unos 100 millones de dólares, aunque Carlos III solo puede gastar la subvención soberana en obligaciones reales y cualquier beneficio obtenido se reinvierte.