CGPJ

Quién es Isabel Perelló, la primera presidenta del Poder Judicial

La magistrada Isabel Perelló ha sido elegida este martes por el Pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) presidenta de este órgano y del Tribunal Supremo.

👉El CGPJ logra a la quinta el consenso y nombra a Isabel Perelló presidenta del órgano de los jueces y del Supremo

ondacero.es

Madrid | 03.09.2024 12:43

Imagen facilitada de la magistrada Isabel Perelló, elegida por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) como presidenta de la institución y del Tribunal Supremo, la primera mujer en toda su historia | EFE

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha elegido por 16 votos a favor y 4 en contra a la magistrada Isabel Perelló como presidenta de la institución y del Tribunal Supremo, la primera mujer en toda su historia.

Han sido necesarias cinco reuniones para que los 20 vocales, diez progresistas y diez conservadores, que tomaron posesión el pasado julio se pusieran de acuerdo en la designacion de la nueva cabeza del Poder Judicial. Desde los siete candidatos iniciales, finalmente este martes han destilado las candidaturas de Ferrer y Perelló, para decantarse por la segunda.

Quién es Isabel Perelló

Algunas fuentes progresistas consultadas por Onda Cero interpretan que Perelló era una especie de "tapada" que el sector conservador ha sacado a última hora para dar la puntilla a la negociación.

Lo cierto es que la futura presidenta del CGPJ es muy amiga de la ministra Margarita Robles y a su vez muy cercana al vocal conservador José Antonio Montero, informa Eva Llamazares.

Sus compañeros en el Supremo la describen como una magistrada muy preparada, con gran prestigio y que no ha dado razones para la crítica de ningún sector. "Siente debilidad por la protección de los derechos humanos", señalan estas mismas fuentes que subrayan que se aprecia su experiencia como letrada del Tribunal Constitucional.

Para sus colegas de diferentes sensibilidades del TS, Isabel Perelló no provoca conflictos ni en su sección ni fuera de ella" y es una magistrada "con los pies en la tierra" y difícil de manipular.

15 años en el Supremo

Nacida en 1958 en Sabadell, Perelló es magistrada del Tribunal Supremo desde 2009.

Fue la ponente del auto por el que el Tribunal Supremo rechazó hace un año la petición del PSOE de revisar los votos nulos de las elecciones generales del 23 de julio en la provincia de Madrid al considerar que "la mera diferencia numérica en los resultados" que se aducen en este caso (1.200 votos) no era "base suficiente" para la revisión.

Aunque no era uno de los asuntos que suele llevar, Perelló formaba parte de la Sala de Vacaciones en la que recayó y que consideró que el PSOE no había aportado "datos aritméticos o cálculos estadísticos solventes" que permitieran verificar, "tan siquiera hipotéticamente", la relevancia de la revisión de voto en el resultado final de los comicios.

Actualmente integra la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TS, donde se encarga de los recursos que emanan de organismos reguladores como CNMV, CNMC o Banco de España, entre otros. También se ocupa de los asuntos relativos al Consejo de Transparencia, transportes, telecomunicaciones y subvenciones.

Responsable en su mayoría de asuntos económicos, ha tenido un perfil poco mediático durante los 15 años que lleva en el Supremo. Desde su acceso a la carrera judicial, en 1985 ha pasado por juzgados de primera instancia e instrucción de Mahón (Menorca), la Audiencia Provincial de Barcelona y en los tribunales superiores de justicia de Cataluña y Andalucía. También ha pasado por la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.

Además, fue letrada del Tribunal Constitucional entre 1993 y 2003 y el año pasado formó parte de la lista que los vocales progresistas lanzaron a sus compañeros conservadores para elegir a los dos candidatos del CGPJ para el TC.

La magistrada de la Sala Segunda del TS tenía un marcado perfil progresista que la hacía una elección complicada para el bloque conservador. Miembro del tribunal que juzgó el 'procés', firmó un voto particular en contra de amnistiar la malversación y otro en el que defendió que el ex presidente andaluz José Antonio Griñán debió ser absuelto de ese mismo delito en el 'caso ERE'.