Los ministros de Interior se reúnen en Bruselas para coordinar una respuesta inmediata ante los atentados de París
Los ministros de Justicia e Interior de la Unión Europea se reúnen este viernes de manera extraordinaria tras los atentados de París, con el objetivo de reforzar la vigilancia de sospechosos radicalizados a través de un control más estrecho del tránsito en las fronteras exteriores de la UE, incluido el de los ciudadanos europeos.
Los ministros de Justicia e Interior de la Unión europea (UE) se reúnen este viernes de forma extraordinaria para coordinar su respuesta más inmediata tras los atentados de París, que se centrará sobre todo en reforzar los controles en la fronteras exteriores de Schengen, también para ciudadanos comunitarios. Francia ha insistido tras los ataques del 13-N en que deben realizarse más controles a los europeos que entren y salgan del espacio sin fronteras interiores, pero según las normas en vigor no puede obligar a los demás Estados miembros a que realicen estos controles reforzados.
Por este motivo, París pide que se revise el código de fronteras de Schengen para instaurar controles sistemáticos en todas las fronteras exteriores también para ciudadanos de la UE, en el marco de la normativa sobre "fronteras inteligentes" que la Comisión Europea (CE) debe presentar en marzo de 2016. Las reglas actuales de Schengen preven "controles mínimos" para ciudadanos europeos, que básicamente consisten en comprobar que la persona que se encuentra en la frontera exterior es la misma que aparece en el pasaporte y que a simple vista el documento no parece falso.
El código de fronteras Schengen también permite, no obstante, someter a los europeos a más controles, en concreto el cotejo de su pasaporte con las bases de datos disponibles para comprobar que la persona no representa una amenaza por ejemplo para la seguridad interna, siempre que no se haga de forma sistemática. Los Veintiocho se comprometerán previsiblemente mañana a poner en marcha "inmediatamente los controles sistemáticos y coordinados que sean necesarios en las fronteras exteriores, incluidos a personas que gozan de libertad de movimiento", según un borrador de las conclusiones del encuentro tuvo acceso.
Los líderes europeos ya adquirieron ese compromiso en su cumbre informal del pasado 12 de febrero, pero con un matiz importante: entonces dijeron que esos controles reforzados debían realizarse sobre la base de "indicadores comunes de riesgo", un elemento que podría desaparecer mañana, según fuentes comunitarias. En la práctica, que desaparezca ese vínculo con los indicadores comunes de riesgo significa que habría más facilidad para someter a un europeo a controles reforzados, aunque esas inspecciones, al estar relacionadas con la actual amenaza terrorista y ser limitadas en el tiempo, seguirían estando dentro de lo que permite Schengen.
"Hay deficiencias en la utilización de todos los instrumentos disponibles. Esto no es un secreto", reconoció hoy un alto funcionario europeo, que negó no obstante que en las reuniones previas al Consejo se haya culpado a Bélgica por no cruzar con Francia los datos de que disponía sobre los presuntos terroristas. Fuentes diplomáticas reconocieron, por otro lado, que existe "excesivo celo" por parte de los servicios de inteligencia nacionales a la hora de compartir información con otros Estados miembros. Al mismo tiempo, recordaron que un refuerzo de las fronteras exteriores puede ser un paso "positivo" precisamente para preservar el espacio de libre circulación y evitar que se tengan que introducir controles en los límites interiores para garantizar la seguridad.
El Ejecutivo comunitario se ha mostrado hasta ahora muy reticente a plantear una revisión de las reglas de Schengen en el contexto actual, en el que debido a la crisis de refugiados varios países, como Alemania y Austria, ya han recurrido a la reintroducción temporal de los controles fronterizos. Bruselas pide a los países de la UE que antes de hablar de cambiar las reglas actuales hagan todo lo posible para aprovechar el margen que ya permiten y optimizar el uso de las bases de datos y otras herramientas disponibles.
La reunión de ministros estará precedida de un desayuno de trabajo de los diez países más afectados por el fenómeno de los llamados "combatientes extranjeros", ciudadanos comunitarios que se suman a la filas yihadistas en áreas en conflicto como Irak o Siria y regresan a la UE radicalizados. España estará representada en los encuentros de mañana por el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, y por el titular de Justicia, Rafael Catalá.