El presidente del Principado, Javier Fernández, ha planteado hoy la necesidad de acometer cambios en la Constitución para hacer frente al independentismo en Cataluña, tierra con la que, en su opinión, no falta unidad cultural y social, pero sí unidad emocional.
En su discurso de toma de posesión, y en presencia de la ministra de Fomento, Ana Pastor, que asistió al acto en representación del Gobierno central, el presidente del Principado ha advertido de que el asunto catalán tiene un "potencial autodestructivo enorme para Cataluña y para España". En su opinión, la crisis económica no ha sido la que ha dado pie al independentismo, pero sí que le ha concedido "el monopolio de la ilusión política, que ha reunido en torno a la hoguera del secesionismo y sus cuentos a la lumbre a quienes no sólo no eran independentistas antes, sino que siguen sin serlo ahora".
Para el presidente asturiano, que afronta su segunda y última legislatura al frente del Ejecutivo regional, la cohesión nacional no es únicamente una galería de banderas, himnos y aromas de leyenda; es sobre todo, un proyecto común. "Cuando la desigualdad rompe el espinazo a ese ideal, la cohesión se resiente", ha destacado Fernández, para quien "recuperar el progreso material, restablecer el ascensor social y combatir la desigualdad son los hilos esenciales con los que tensar el nervio principal de la cohesión de nuestra sociedad".
Tras incidir que hace falta más unidad emocional con Cataluña, se ha dirigido a la ministra para destacar que si los socialistas quieren cambiar la Constitución y evitar que "sea letra y carne momia, venerable e inútil como una supuesta reliquia incorrupta" es porque el desafío al Estado no se vence sólo con la legalidad, sino con reformas.