El Gobierno quiere favorecer el "descubrimiento personal de la sexualidad" a través de juegos y experimentación en los niños de 0 a 6 años
Uno de los puntos de la LOMLOE, conocida como 'ley Celaá', afirma que en el tramo de educación infantil de 0 a 6 años, la"intervención educativa debe favorecer el descubrimiento personal de la sexualidad y la construcción de género" basándose en "experimentación y juegos"
La polémica 'ley Celaá' sigue avanzando y terminándose de perfilar tras ser aprobada en el Congreso. Estará implantará en las escuelas cuando se elaboren y autoricen los denominados reales decretos de currículo básico o enseñanzas mínimas, es decir, aquellos que determinan el modo específico de impartir las asignaturas de las diferentes fases educativas (Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato). Las autonomías ya han recibido varios borradores de estos decretos que el Ministerio de Educación ha emitido junto con varios anexos.
Los anexos 2 y 3 (este último es orientativo tal como se indica) se destinan al primer y segundo ciclo de Educación Infantil respectivamente, es decir, a las etapas que abarcan las edades entre los 0 y los 6 años y en ellos se hace referencia al "descubrimiento personal de la sexualidad a través de la experimentación y los juegos" durante esta etapa escolar.
La etapa de Educación Infantil debe "favorecer el descubrimiento personal de la sexualidad"
En estos epígrafes se explica que "en esta etapa se inicia la construcción sexual y de género, sin distinción entre ambas" y por lo tanto, "la intervención educativa debe favorecer el descubrimiento personal de la sexualidad y la construcción de género a través de valores de igualdad y modelos no estereotipados".
Considerando el cuerpo como una “fuente de experimentación” promotora de “la base de la actividad autónoma” durante las primeras fases de desarrollo, el texto estipula que es necesario que las escuelas establezcan el contexto propicio “para que los bebés puedan descubrir el placer que les proporciona la actividad por iniciativa propia, que es su principal necesidad en relación con su entorno, en un ambiente estimulante de seguridad, calma y tranquilidad”. Además, aclara que “de ese modo, irán reconociendo su cuerpo global y parcialmente, sus posibilidades perceptivas y de acción, expresión y movimiento, así como sus limitaciones, siendo capaces de identificar las sensaciones que experimenta, disfrutar con ellas y servirse de las posibilidades expresivas del cuerpo para manifestarlas”.
Aprendizajes basados en la experimentación y el juego
Durante el primer ciclo de Educación Infantil el currículo básico concede “especial relevancia a los procesos de conocimiento y dominio del propio cuerpo y de individualización, a la construcción de una trama de relaciones e interacciones en el entorno físico y social, y al uso de los lenguajes que la hacen posible”. En el segundo ciclo de la etapa, “cobra protagonismo la adquisición de destrezas que contribuyan a ‘aprender a ser yo mismo’ y ‘aprender a hacer’, iniciándose así el camino hacia el desarrollo de un cierto grado de autonomía, responsabilidad e iniciativa en la realización de tareas».
El texto agrega que “los aprendizajes en ambos ciclos se basarán en la experimentación y en el juego”. Por ende, durante toda esta fase educativa el proceso de descubrimiento y valoración del entorno habría de ser “rico en estímulos, provocador, emocionante y respetuoso con los intereses, gustos y elecciones de los niños y las niñas".
Perspectiva de género en Primaria
A lo largo de la Educación Primaria también se promueve la perspectiva de género en asignaturas como Matemáticas. El borrador de esta disciplina establece una educación fundamentada en la perspectiva de género debido a que “la adquisición de destrezas emocionales dentro del aprendizaje de las matemáticas fomenta el bienestar del alumnado y el interés por la disciplina y la motivación por las matemáticas”. Dichas habilidades emocionales también contribuirían a desarrollar “la resiliencia y una actitud proactiva ante nuevos retos matemáticos, al entender el error como una oportunidad de aprendizaje y la variedad de emociones como una ocasión para crecer de manera personal”.
Además, en el currículo se habla de la “contribución de los números a los distintos ámbitos del conocimiento humano desde una perspectiva de género”, así como de la "valoración de la contribución de la geometría a los distintos ámbitos del conocimiento humano", también, "desde una perspectiva de género".
La perspectiva de género asimismo queda patente en el currículo básico de Enseñanzas Artísticas donde se concreta la percepción y el análisis de las «manifestaciones elementales vinculadas a la expresión corporal y a las artes escénicas de diferentes lugares, épocas y estilos, incluidas las contemporáneas, desde una perspectiva de género».
Por último, dado que la Educación Física engloba “los tres componentes de la salud: física, mental y social” en esta materia también se aplicaría la perspectiva de género “en contextos de práctica físico-deportiva” en los que deberían rechazarse “comportamientos antisociales o contrarios a la salud que pueden producirse en estos ámbitos”.