Colau ha comparecido como testigo en el juicio del procés a petición de la acusación popular que ejerce Vox, no sin antes manifestar su "incomodidad profunda" por "tener que responder a un grupo de extrema derecha que amenaza los derechos fundamentales".
Pese a que no estuvo en el 20-S, Colau se ha referido como una "movilización pacífica que se produjo dentro la normalidad democrática, pero la situación era de excepcionalidad".
En concreto, ha dicho que "la situación era muy preocupante y de gran alarma social" hasta el punto de tener una "sensación de estado de excepción" ya que se "producían situaciones que no habíamos visto en democracia".
La alcaldesa ha explicado que, como no estuvo presente, fueron sus compañeros del Gobierno municipal quienes le informaron de manera permanente de lo que allí ocurría, una "situación de preocupación, pero pacífica y tranquila".
"Todo lo que me referían es que había un comportamiento muy cívico por mantener la calma", ha añadido.
Colau ha asegurado que pidió un informe sobre el 20-S que concluyó que "no hubo incidentes relevantes ni daños" y que lo más relevante que tuvo que hacer el Consistorio fue "poner más vallas de las habituales".