La diferencia entre lo que cobran los agricultores por un alimento y el precio de venta de ese mismo producto en los supermercados es desorbitada. En este recorrido desde el origen hasta la cesta de la compra del supermercado, los alimentos se encarecen hasta un 875%.
Esta es la principal conclusión del análisis que ha llevado a cabo la organización de consumidores Facua-Consumidores en Acción.
Para realizar este estudio, la organización ha tenido en cuenta trece productos entre los que hay frutas, verduras, legumbres, huevos y aceites de girasol.
Facua ha recordado que lleva años pidiendo al Gobierno que impongan un doble etiquetado, de manera que los consumidores puedan conocer cuanto han cobrado los agricultores por los productos que se venden en los supermercados.
En este contexto, el doble etiquetado ofrecería la posibilidad de conocer "qué empresas inflan más sus márgenes de beneficio y cuáles castigan más al sector primario obligándoles a ajustar excesivamente sus precios".
Un claro ejemplo es el aceite de girasol. El agricultor cobra 0,96 euros por litro, mientras que su precio medio en los puntos de venta es de 2,00 euros el litro, un 108% más. Asimismo, el kilo de limones en origen se pagaba a principios de enero a 0,20 euros, mientras que el precio por kilo en los puntos de venta esta, de media, a 1,79 euros, un 695% más caro.