Madrid |
La economía española irá de más a menos entre este año y el que viene. El PIB tira al alza en 2024 gracias al consumo y las exportaciones. Ambas muestran un mejor comportamiento gracias a la inmigración y a las ganancias en competitividad.
El impulso del gasto se debe al incremento de la inmigración, prueba de ello es que el gasto en tarjetas de no residentes sigue avanzando a un ritmo del 5,6%.
El BBVA Research revisa sus previsiones de crecimiento para 2024, que serían seis décimas más hasta el 2,1%, una décima más de lo que estima el Gobierno. Crecimiento a pesar de la subida de tipos de interés, que no comenzarán a bajar hasta mediados de año, según la entidad, si se consolida la senda descendente de la inflación y en contexto geopolítico complicado con las guerras en Gaza y Ucrania como telón de fondo. Pero para el año que viene la situación será más complicada.
Para el año que viene la situación es más incierta. La entidad empeora sus previsiones para 2025 hasta el 2%, una caída de cinco décimas. Detrás está el peor comportamiento de las exportaciones de bienes afectadas por la sequía, también influye el estancamiento económico de la UE y la pérdida de competitividad.
Se junta además la política fiscal que será más contractiva el año que viene. Las nuevas reglas fiscales requerirán ajustes importantes y sostenidos en el tiempo. Países como España tendrán que hacer un esfuerzo importante que tendrá que prolongarse al menos un quinquenio. El ajuste de las reglas fiscales podría restar tres décimas al crecimiento el año que viene.
El BBVA Research cree que en 2025 los salarios continuarán aumentando de manera controlada, no así los costes laborales. Las cotizaciones a la Seguridad Social han añadido presión a la nómina de las empresas, comienza a ser elevada por el impacto de la subida del Salario Mínimo Interprofesional.