9 de mayo de 2025
A partir del 1 de enero de 2025, todas las personas que tengan un plan de pensiones con más de 10 años de antigüedad pueden retirarlo. El dinero que puede reclamar la persona interesada es el correspondiente al de las aportaciones que haya hecho hasta el 31 de diciembre de 2015. El año que viene podrán retirarse las aportaciones hechas hasta el 31 de diciembre de 2016 y así sucesivamente. Esta medida entra en vigor tras una reforma impulsada por el gobierno de Mariano Rajoy en 2018 a una ley de 2014.
Si bien, los planes de pensiones no están exentos de impuestos, de hecho tienen la misma fiscalidad que al recoger el dinero de la jubilación, porque están considerados como rendimientos de trabajo.
El plan de pensiones permite disfrutar a los beneficiarios de ventajas fiscales a la hora de realizar las aportaciones, ya que desgravan las aportaciones de la renta, es decir, recuden los ingresos a declarar (la base imponible).
Sin embargo, hay un límite porque desde 2021 la fiscalidad ha variado. En el caso de los planes individuales, el importe máximo a desgravar es de 2.000 euros (en 2020 era de 8.000 euros). En cuanto a los planes de empleo (los que ofrecen las empresas a sus empleados) el límite pasa de 8.000 a 10.000 euros.
A la hora de declarar el plan de pensiones en la declaración de la renta, hay que tener en cuenta que se contabiliza como un ingreso de trabajo, por lo que está sujeto a los tramos del IRPF. Es decir, en función de la cantidad que se retire, el tipo impositivo aumenta.
El plan de pensiones puede retirarse de diferentes formas. En forma de capital, que es la que más penaliza a nivel fiscal ya que consiste en retirar todo el dinero de una sola vez. En forma de renta, que permite solicitar una cantidad periódica de forma mensual, trimestral, semestral o anual. Y la tercera, forma mixta, que es una combinación de las anteriores.