Lotería

Las cinco verdades matemáticas sobre la Lotería de Navidad de Santi García Cremades: "Las bolas no tienen memoria"

El matemático de Más de uno desmonta los mitos de la Lotería de Navidad y recuerda que todos los números tienen la misma probabilidad, aunque la ilusión colectiva siga ganando a las matemáticas.

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ondacero.es

Madrid |

El matemático de Más de uno Santi García Cremades ha explicado las cinco verdades matemáticas que rodean al sorteo de la Lotería de Navidad, desmontando algunos de los mitos más extendidos y poniendo cifras concretas a la ilusión colectiva.

Ningún número es más probable que otro

La primera advertencia es tajante: no hay números con más probabilidades que otros. Ni las terminaciones "bonitas", ni el cinco, ni los números que "llevan tiempo sin salir" tienen ventaja alguna. "Las bolas no tienen memoria", recuerda García Cremades. Cada número parte exactamente con la misma probabilidad, independientemente de lo ocurrido en años anteriores, que solo forma parte de la estadística emocional de los jugadores, no de la matemática.

Atrapar un balón en un estadio lleno de gente

En cuanto a las probabilidades reales, el dato es contundente: el Gordo tiene una probabilidad de una entre cien mil. Traducido a ejemplos cotidianos, es como estar en un estadio completamente lleno y que una única bola caiga justo sobre ti, o como lanzar un dado seis veces seguidas y que en todas salga un seis, algo que, de hecho, es más probable que ganar el primer premio. No es imposible, pero sí extremadamente improbable, aunque suficiente para mantener viva la ilusión.

La pedrea

Respecto a la pedrea, otro de los conceptos más mencionados durante el sorteo, García Cremades matiza su aparente frecuencia. Hay 1.794 números premiados con pedrea entre cien mil posibles, lo que equivale a que, de media, uno de cada 56 décimos podría resultar premiado. Una cifra que demuestra que comprar muchos décimos no garantiza el premio y que la pedrea, pese a su reiterada aparición durante el sorteo, no es tan común como suele creerse.

Doña Manolita no trae más suerte

También desmonta el mito de las administraciones "afortunadas". Que lugares como Doña Manolita o La Bruixa d’Or repartan muchos premios no se debe a ninguna magia estadística, sino a que venden muchísimos más décimos que el resto. Cuantos más números se venden, más probabilidades hay de repartir premios, pero las bolas, insiste, tampoco recuerdan dónde se han comprado.

Si ya lo has ganado te puede volver a tocar

Por último, el matemático aclara otra creencia habitual: no haber ganado nunca no aumenta las probabilidades de hacerlo este año. Cada sorteo es independiente y las opciones son exactamente las mismas año tras año.

Aun así, García Cremades no renuncia a la tradición. Reconoce que, pese a conocer las matemáticas, él también compra décimos compartidos. "La esperanza aquí es perder", resume con ironía, pero defiende el valor social del sorteo: compartir la ilusión y evitar ser el único del grupo al que no le toque. Porque en la Lotería de Navidad, más allá de las probabilidades, lo que se juega también es la emoción colectiva.