El comercio vasco se encuentra en un momento de transformación en el que hay que avanzar hacia un nuevo modelo más digitalizado y sostenible, sin perder la identidad local. Esta es la principal premisa s obre la que se debe trabajar a partir de ahora de cara a crear la estrategia vasca del comercio 2030 .Una estrategia que afecta directamente a los 23.100 establecimientos minoristas que hay hoy en Euskadi , lo que representa cerca del 14% de establecimientos empresariales y genera un total de 82.130 empleos, un 11% de la población ocupada total.
El diagnóstico del comercio de Euskadi, ha detectado varias tendencias. Euskadi tiene una sociedad mosaico en la que conviven 5 generaciones con brechas digitales de grandes dimensiones, más de 80 puntos porcentuales, y en las que cobran peso los establecimientos de servicios. En segundo lugar, las tendencias del comercio nos inclinan a la necesaria digitalización y omnicanalidad en un escenario en el que la tecnología está en constante evolución. Actualmente, apenas un 6% de nuestro comercio ofrece una experiencia de compra omnicanal, a pesar de que muchos comercios hayan integrado la relación virtual con la clientela (más de un 65%) vía redes sociales esencialmente.
Con esta foto el Consejero de comercio , Javier Hurtado ha asegurado que “las tiendas deben poder mantener su identidad local, pero siendo capaces de adaptarse a la transición tecnológica e incorporándola en la experiencia del cliente”. Además hace falta un que el comercio asuma nuevos roles, debido a una tercera tendencia relacionada con el cambio en el hábitat urbano .La tendencia es ir hacia ciudades más amigables en las que, como ha analizado el Consejero “debemos reivindicar la reconquista del espacio público para las personas. Los datos demuestran que las medidas de sostenibilidad y la peatonalización de los centros urbanos sirven como efecto llamada para las personas consumidoras, lo que deriva en el enriquecimiento de la zona y el aumento de su rentabilidad. Y que son directamente beneficiosas para el comercio y la hostelería que también debe irse adaptando a su papel en ella”. Y, por último, la sostenibilidad y el consumo responsable adquiere mayor importancia en una ciudadanía concienciada, pero que aún debe dar pasos para hacer efectiva esa concienciación en sus hábitos de compra.