Zakan: oportunidad y solidaridad para los menores migrantes no acompañados en Navarra
En Más de uno Pamplona nos adentramos en la labor que realiza la UTE Zakan, de la mano de los educadores Eider Jaime y Unai Esparza, la experiencia de Nigel Read y la historia de Hicham.
La UTE Zakan (integrada por Kamira, Navarra;Agi-tzain, Bizkaia, y Zabaldu, Gipuzkoa) promueve el proyecto en el que se acoge a menores migrantes no acompañados que han huido de su país por razones económicas o relativas a derechos humanos.
Su labor surgió en 2019, cuando cinco departamentos del Gobierno de Navarra: Derechos Sociales, Salud, Educación, Políticas Migratorias y Justicia, y Presidencia, Igualdad, Función Pública e Interior, firmaron un protocolo de coordinación para acoger a estos menores migrantes. También lo rubricaron la Delegación del Gobierno, el Ayuntamiento de Pamplona, la Fiscalía General, Policía Nacional y Guardia Civil.
Según cuenta la educadora de Zakan, Eider Jaime, su labor es “acompañarles en el desarrollo de las habilidades y destrezas” de manera que “puedan vivir de manera autónoma” en nuestra comunidad.
El protocolo, anteriormente mencionado, determina los pasos a realizar desde la localización de los y las menores, por parte de los cuerpos policiales, y el itinerario posterior, así como las pautas y plazos en cada caso, incluso identifica a las personas directamente responsables en cada fase, a las que se deberá contactar.
El centro de referencia para la atención inmediata y primera acogida de menores es el Centro de Observación y Acogida (COA) “Argaray”, gestionado por la Asociación Zakan. Eider Jaime relata que “allí, se hace un pequeño estudio de cómo están, cómo se encuentran, hacia dónde quieren ir y en base a eso luego son derivados a un recurso u otro”. Una de las opciones es ir a pisos en los que “se busca darles autonomía”, desde formación y aprendizaje del idioma, el desarrollo comunitario así como la participación voluntaria en colectivos, en definitiva, “su integración social”.
Su estancia en los pisos es limitada, los menores necesitan una independencia económica con la que seguir adelante, cuenta el educador, Unai Esparza, que “ahí surge un problema”. El mercado inmobiliario “no puede estrangular el futuro de estos chicos”, apunta. Una habitación, un lugar para residir puede rondar los 350€, por lo que Unai lamenta la tristeza que supone que “peligre su formación, ocio o la práctica de algún deporte o incluso su alimentación. Si su renta garantizada es una cantidad y tiene que pagar tanto por una habitación difícilmente puede mantenerse, y así es imposible encontrar la integración”.
De ahí la importancia también de las familias de acogida como la de Nigel Read que tiene como hijo a uno de estos jóvenes. Nigel recuerda cómo se puso en contacto a través de Unai y Eider: “Nos llegó al corazón el mensaje y ahora Mohamed está con nosotros y es un hijo más. Tiene mucho amor para dar, es un chaval fenomenal”.
Joseba comparte piso con otro de ellos, “somos tres y muy bien, como cualquiera que haya compartido piso sabes que tienes que ceder en cosas, todo tiene sus pros y sus contras, nada que no sea lo habitual”.
Además, en Más de uno Pamplona, conocemos la historia de Hicham, un joven de 18 años que lleva dos en Pamplona, estudiante de Artes Gráficas en Salesianos, que busca una familia de acogida. Si alguien está interesado, puede ponerse en contacto con Zakan en el teléfono 688 623 859.