Pornografía | Menores

José Luis García: "Los papás y mamás deben decidir quién educa a sus hijos en materia sexual: o el porno violento o ellos"

El psicólogo clínico y experto en Sexología, José Luis García, advierte de las consecuencias del acceso temprano a la pornografía y cree que la ley anunciada por el Gobierno de Pedro Sánchez es una buena noticia aunque la considera insuficiente.

👉 ¿Por qué es tan urgente que el Gobierno español regule el acceso de los menores a la pornografía? 

Marisa Lacabe

Pamplona/Iruña |

Hoy hemos hablado en Onda Cero con José Luis García, psicólogo clínico, especialista en Sexología y profesor honorífico de la Universidad Rey Juan Carlos en el curso de postgrado “Experto/a en Prevención de los Efectos de la Pornografía en la Salud Afectivo-Sexual”.

Para García, la intención del Gobierno de Pedro Sánchez de hacer una ley para regular el acceso de los menores a internet, en particular al consumo de pornografía, es una buena noticia, aunque la considera insuficiente.

Cree que es también necesaria una ley obligatoria de educación sexual profesional y científica que, con carácter nacional, garantice unos mínimos conocimientos, actitudes y valores en esta materia, a todos los menores y jóvenes españoles, desde la educación primaria a la universidad, que sea impartida por docentes cualificados en esta área. Asimismo, cree que la formación de las familias en esta temática es un requisito imprescindible.

Afirma que prácticamente la totalidad de los jóvenes accede a estos contenidos de pornografía violenta sin ningún control, hay estudios que señalan que el 25% de los jóvenes españoles a los 20 años han visto entre 1.000 y 5.000 horas de porno en su vida.

Para José Luis García estamos ante una generación de niños y niñas pornográficos, que tienen como referente educativo en material sexual el porno violento. Considera que las películas pornográficas se han convertido en una fuente prioritaria de información sexual y un modelo de conducta a seguir para los menores en sus relaciones sexuales y afectivas. Y esto ocurre, fundamentalmente, porque no tienen otras fuentes accesibles en las que obtener respuestas a sus legítimas preguntas.