Budimir remata el trabajo
Dos goles del delantero croata desnivelan la balanza de un encuentro atascado en la primera mitad. Osasuna toma distancia con el descenso.
Pamplona / Iruña |
A Osasuna le costó desnivelar el partido contra el Cádiz, pero al final lo logró. El primer tiempo fue muy trabado, con un conjunto rojillo tratando sin éxito de dar más velocidad al balón y de tenerlo con criterio, moviendo al rival, como había pedido Jagoba Arrasate tras ver la posesión infructuosa frente al Celta que al final le costó caro a Osasuna. Esta vez el balón no lo sacaban los centrales sino Iker Muñoz o los interiores, Moncayola y sobre todo Aimar, pero no terminaba de haber ocasiones claras más allá de una buena de Budimir en el área a pase de Aimar que el croata remató fuera o un tiro libre directo de Rubén García bien lazando pero sin que el balón bajara lo suficiente de camino a la portería, tocando la red por encima.
Fue clave la entrada de Areso y Pablo Ibáñez en el minuto 14 de la segunda parte por Iker Muñoz y Rubén Peña. El lateral de Cascante participó activamente en los dos goles, conectando con Rubén García en el primero, que puso un caramelito a Budimir para un gran remate orientado de cabeza, y conduciendo en el segundo para levantar la cabeza y dar una asistencia a ras de suelo al croata, que definió con frialdad logrando el segundo y definitivo tanto cuando el Cádiz merodeaba el área rojilla buscando el empate.
Con los posteriores cambios de Barja y Torró por Aimar y Rubén García participaron ocho navarros y canteranos en el partido. Ocho de dieciséis, seis de ellos de manera simultánea. Todo el bloque central titular fue navarro con los dos centrales, el medio centro defensivo y sus dos compañeros por delante. Sólo portería, laterales, "extremos" y delantero no habían salido de Tajonar. Presente y futuro con un punto de incertidumbre que no se solventó el sábado: Pablo Ibáñez jugó pero menos de los 45 minutos seguidos que le quedan para ver ampliado automáticamente su contrato por una temporada más.
El caso es que se cumplió el análisis que Mauricio Pellegrino, entrenador rival, había hecho en la previa: "Osasuna es especialista en torcer los partidos que están divididos", dijo. Y lo clavó. Se lo recordamos en la conferencia de prensa posterior al encuentro: