El BBVA estima un crecimiento para Extremadura del 1,5% este año, del 3,2 para el que viene y la creación de 15.500 empleos
El Informe de situación económica del BBVA estima que Extremadura con un crecimiento del 4,1% del PIB en 2022 ha recuperado ya el Producto Interior Bruto per cápita anterior a la pandemia, y lo ha hecho más rápido que otras regiones debido a que la caída aquí fue menos palpable que en el resto de Comunidades.
BBVA Research ha presentado hoy el informe anual ‘Situación Extremadura’, donde avanza que el PIB extremeño aumentó un 4,1% al cierre de 2022 y prevé que el crecimiento para 2023 se sitúe en el 1,5%, en línea con el crecimiento medio estatal (1,4%). Las previsiones de BBVA Research apuntan a que a finales del pasado ejercicio, Extremadura se habría quedado a sólo 1pp de recuperar el nivel de PIB alcanzado antes de la crisis, aunque en términos de PIB per cápita, ya se habría situado en línea con el valor prepandémico. Para 2024 se prevé que la economía extremeña avance un 3,2%, dos décimas menos que el incremento previsto para nuestro país (3,4%). De cumplirse estas previsiones, Extremadura crearía unos 15.500 nuevos puestos de trabajo hasta el 2024, pero la tasa de paro se situaría todavía en el 16% al final del bienio.
Según el informe ‘Situación Extremadura 2023’ de BBVA Research, presentado hoy por Miguel Cardoso, economista jefe de BBVA Research para España, y Asunción Álvarez, directora Regional Sur de BBVA, la recuperación del PIB a niveles previos a la pandemia estaría marcada por una menor contracción de la economía en 2020, al tener el turismo un menor peso en su actividad, y por una rápida recuperación del empleo, que continuó su impulso durante el pasado ejercicio, especialmente en las áreas urbanas de Mérida y Cáceres. En 2022, la tasa de paro habría cerrado el año en un 17,3% y en adelante, BBVA Research prevé que se reduzca hasta el 16% en 2024.
La economía extremeña habría cerrado 2022 con un avance del PIB del 4,1%, 1,4 puntos porcentuales menos que el de España. Este diferencial desfavorable respecto al conjunto del país se explica por el menor impacto del empuje del turismo en la economía, y pese a la menor exposición de Extremadura a las importaciones de energía, materias primas y semimanufacturas, cuyos mercados internacionales se han visto más distorsionados por la guerra en Ucrania.
La inflación, la incertidumbre y el menor dinamismo del mercado laboral a finales del año pasado habrían desacelerado el avance del consumo. En Extremadura, tras un arranque algo más dinámico, el crecimiento del gasto con tarjetas BBVA o en TPV BBVA en el segundo semestre fue similar al observado en el conjunto del territorio español. Por el contrario, el gasto con tarjetas extranjeras habría avanzado a un menor ritmo que en la media estatal a lo largo de todo el año. Lo anterior es consecuencia del menor peso del turismo foráneo en la región, a pesar del empuje del turismo rural tras la pandemia.
En lo que concierne al sector industrial extremeño, este ha mostrado un comportamiento en línea con el del conjunto del estado, a excepción de una fuerte aceleración en el segundo trimestre de 2022. Sin embargo, los bienes de consumo mostraron una fuerte desaceleración en el segundo semestre del pasado año, a los que se unieron los bienes de equipo a finales de año. Este comportamiento podría venir provocado por el empeoramiento de la confianza, la desaceleración de la demanda europea, el coste de la energía en España y Europa, una mayor incertidumbre y por la guerra en Ucrania. En Extremadura, la relevancia de las grandes industrias consumidoras de energía es menor que en el conjunto nacional y la
producción también es menos intensiva en el uso de energía. Cabe destacar que Extremadura produce el 8,5% de la energía eléctrica consumida en España, muy por encima de su peso en el consumo (2%) que se acerca más a su peso en el PIB nacional (1,7%). El mix de producción (con una central nuclear) y la estructura sectorial (poca industria pesada) hacen de Extremadura una región con bajas emisiones de carbono, pero también con bajo peso de las renovables.
Por otra parte, el sector agrario, con mayor peso en la región, también ha mostrado un comportamiento relativamente negativo en 2022 (tras la evolución favorable en 2021), que se detecta tanto en la afiliación a la Seguridad Social como en en la producción y exportación de productos como el aceite. El aumento del coste de los insumos y la sequía explican, en parte, este menor dinamismo del sector. Sin embargo, las exportaciones de bienes del conjunto de la economía regional mostraron cierta fortaleza como consecuencia del buen tono de avance de los sectores de alimentos y semimanufacturas. Así, estas crecieron un 25,5% en términos anuales con datos hasta noviembre, algo por encima de la media española.
Previsiones de desaceleración para 2023 y crecimiento en la media del conjunto nacional para 2024
BBVA Research prevé que la economía extremeña registre una desaceleración para 2023 y sitúa sus previsiones en un avance del PIB del 1,5%, levemente por encima de la media nacional. Las previsiones de BBVA Research apuntan a que esta desaceleración sea de corta duración. En particular, la actividad ganará tracción a medida que se ejecuten los fondos Next Generation EU (NGEU) y se desvanezcan las incertidumbres que afectan a las familias y empresas de la comunidad extremeña. Por su parte, el PIB de Extremadura alcanzará el 3,2% en 2024.
El crecimiento de la economía en esta comunidad mejorará según se vayan reduciendo las incertidumbres actuales. La exposición directa en bienes a Rusia y Ucrania y los efectos indirectos de la guerra tienen un impacto negativo en Extremadura, aunque menor del esperado para el conjunto de España. Según BBVA Research, el mayor impacto viene por el precio de la energía que se nota más en la industria, en el sector agroalimentario y en la construcción, ya que limita la recuperación de las zonas industriales.
Además, un aumento del precio del petróleo del 10% en Extremadura restaría casi 0,3 pp. al aumento del PIB por año.
Por otra parte, los datos de gasto con tarjeta ya evidenciaron una desaceleración del consumo de los hogares en el segundo semestre de 2022, en particular el ligado a ocio y turismo (viajes, transporte, alojamiento y bares y restaurantes), aunque menos intensa de la esperada. Este cambio de comportamiento favorece las compras en grandes superficies, y en menor medida, alimentación, libros y hogar.
Según el informe, el crecimiento pierde impulso ante el repunte de la inflación, las subidas de tipos, el encarecimiento del gas en Europa y la COVID en China. A pesar de ello, el ahorro acumulado por los hogares en años anteriores contribuirá a sostener el consumo y la inversión. Además de una posición considerablemente menor en términos de endeudamiento del sector privado, el colchón de ahorro de las familias y empresas extremeñas es ligeramente superior al que se disponía en el inicio de la crisis de 2008, incluso después de superada la pandemia. Esto puede permitir amortiguar la corrección en el consumo en los próximos trimestres.