Así lo ha anunciado hoy el concejal delegado del área, Guillermo Cánovas, quien ha explicado que Orihuela está obligada a disponer de un plan de este tipo según la normativa autonómica en materia de prevención de incendios, puesto que el municipio tiene 9.650 hectáreas, un 26,4 por ciento del total de superficie del término municipal. Además, se da la circunstancia de que el plan afecta también a las zonas que se encuentran en un margen de 500 metros junto al perímetro del suelo clasificado como forestal, lo que supone que el suelo objeto de este plan sume 22.170 hectáreas, un 87 por ciento del término municipal. “Los objetivos generales del plan son, de un lado, minimizar el riesgo de incendio forestal actuando para evitar las posibles causas y, de otro, reducir los daños que puedan producirse en una zona en la que se declare un fuego”, ha señalado el edil, quien ha puntualizado que “se trata de proponer acciones que complementen las políticas locales en materia de prevención de incendios”.
De este modo, el plan propone una serie de actuaciones concretas como delimitar las zonas con riesgo de incendio, analizar la situación actual y su evolución en los relativo a riesgo de incendios, desarrollar acciones de divulgación y concienciación, reducir la vulnerabilidad de infraestructuras, analizar medios de vigilancia y establecer prioridades en lo relativo a la ejecución de este plan. Guillermo Cánovas ha recordado que este plan ya fue elevado y aprobado por el Pleno en el año 2020, si bien la Generalitat advirtió deficiencias que se han subsanado en la versión que mañana votará el órgano colegiado.
“El cambio de las condiciones climáticas ha hecho que el terrenos sea más árido y, por tanto, haya mayor riesgo de que se produzcan incendios y condiciones para que estos se propaguen con mayor facilidad”, ha dicho Guillermo Cánovas. De este modo, este plan “pretende clarificar las directrices con el fin de prevenir el fuego y, si se produjese, reaccionar de forma rápida y eficaz para evitar daños mayores”, ha apuntado.