Valencia | 31.07.2024 13:03
En pleno barrio de Benimaclet, en la calle del Baró de San Petrillo, 9 (Valencia) se encuentra uno de los imprescindibles de la ciudad, tanto para autóctonos como para viajeros: La Gramola. Una propuesta gastrococtelera de Noe López, junto a los hermanos Jesús y Nacho Toledo en la que hay hilo musical para rato. Entre sus paredes, se amontonan las historias de noches palpitantes en las que ha girado el vinilo con su cara A y cara B.
En la cara A: los cócteles. Algunos más clásicos, otros más rompedores, pero siempre vinculados a una historia, una cultura o canción. Los hay de distintas formas y colores: el Pisco Wasabi, que no pica tanto como dicen, o el Bloody Mex, que incluye mezcal y sal ahumada. La cara B es un complemento de la A. Porque los cócteles van de la mano de las tapas, presentadas en formato individual y para compartir. Destacan su taboulé de verduras, su causa limeña y su ceviche con un toque nikkei, entre otros.
En definitiva, La Gramola es un lugar donde se mezclan y agitan las ideas, que esboza una sonrisa en la memoria de quien ha pasado por él.