El parque Manuel Granero reabre después de su remodelación integral
La actuación ha conservado el arbolado histórico y se han eliminado elementos obsoletos
València | 11.11.2021 12:17
El principal pulmón verde del barrio de Russafa, el parque de la plaza Manuel Granero, ha reabierto sus puertas después de las obras de remodelación que ha realizado el Ayuntamiento el Ayuntamiento de València. Los trabajos, que han costado cerca de medio millón de euros, arrancaron el pasado mes de marzo y han durado ocho meses, tres más de lo previsto.
La remodelación de este parque de 7.500 metros cuadrados estaba pendiente desde la etapa de gobierno del PP en el consistorio y era una de las reivindicaciones más antiguas e insistentes de los vecinos de Russafa. Una de las cuestiones que ha resuelto la actuación es la mejora de la accesibilidad, mediante la eliminación de barreras arquitectónicas. Además se han quitado elementos que no se utilizaban o estaban obsoletos, como la fuente ornamental y la zona de petanca. Por el contrario, se ha respetado el arbolado preexistente, como explica el concejal de ecología urbana, Sergi Campillo:
El Parque Manuel Granero de Russafa cuenta además desde ahora con un nuevo espacio de estancia y de interacción intergeneracional, además de zonas de juegos infantiles y de socialización de perros.
Enfrentamiento vecinal
La reforma del parque de Manuel Granero ha sido foco constante de conflicto entre los diversos colectivos vecinales del Russafa. Su pervivencia llegó a estar amenazada por la construcción de un aparcamiento subterráneo, proyecto que finalmente desechó el Ayuntamiento para apostar por la reforma del que está considerado como el principal pulmón verde de Russafa.
Pocos meses antes de las elecciones municipales de 2015 el gobierno local, en manos todavía del PP, presentó un primer plan de remodelación que llegó a ser licitado en agosto de ese mismo año por el Consistorio, ya en manos del “Govern de la Nau”. Entre otras cuestiones ese proyecto contemplaba la creación en el centro del parque de una gran explanada rodeada de gradas, lo que generó un movimiento de oposición por parte de algunos colectivos ciudadanos de Russafa.
Estas entidades criticaban el “exceso de cemento” de la actuación y el peligro que eso suponía para el arbolado histórico de los jardines, y consiguieron sacar adelante una propuesta de rediseño del proyecto en el proyecto de presupuestos participativos del año siguiente. Finalmente el gobierno local atendió esa petición y realizó un proceso de participación ciudadana para realizar la intervención adjudicada ahora. Una decisión que no fue secundada por la Federación de Asociaciones de Vecinos de València, que llegó a calificar de “engaño y tomadura de pelo” la renuncia al proyecto original.