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Sebastián Beccacece ha anunciado este viernes, en la rueda de prensa previa al duelo de Copa ante el Girona, que su equipo necesita "cinco refuerzos" para dar un salto de calidad de cara a la segunda vuelta del campeonato. De momento, hay dos fichas libres y se esperan dos o tres bajas más en la plantilla para hacer sitio a aquellos jugadores que menos han jugado durante la primera vuelta del campeonato. Entre ellos se encuentra el internacional argentino Lautaro Blanco.
La situación de Lautaro Blanco resulta sorprendente. Fue una apuesta del propietario Christian Bragarnik y la pasada temporada dejó buenos destellos en Primera División, sobre todo jugando como carrilero y por su capacidad para llegar al área rival y poner centros al área. En la máxima categoría participó en 17 de las 23 jornadas en las que estuvo disponible, tras llegar como primer refuerzo durante el parón por el Mundial de Qatar. Fue titular, además, en seis de las últimas seis jornadas de LaLiga, coincidiendo con la mejor racha de la temporada y con Beccacece en el banquillo.
Para esta temporada, en Segunda División, la continuidad de Lautaro Blanco se adivinaba como una apuesta de máximo nivel para la banda izquierda, siendo un jugador llamado a marcar diferencias en el segundo escalón del fútbol español. Clubes de Primera, como el Getafe de Bordalás, le estuvieron siguiendo, pero el de Rosario estaba decidido a seguir en el Elche de Bragarnik.
Sin embargo, de los 21 partidos de Segunda que se han jugado, Lautaro sólo ha jugado en diez de ellos, con sólo tres titularidades, en las victorias ante Andorra y Huesca, y el empate frente al Eldense. En la Copa del Rey también estuvo en las eliminatorias superadas ante Europa y Linares Deportivo. Pese a todo, Beccacece ha contado más en ese carril con Tete Morente, que termina contrato en junio y podría ser vendido en enero si llega una oferta interesante por él, y prácticamente lo mismo con el canterano José Salinas, que comenzó la temporada como titular.
Por Lautaro Blanco se han interesado Racing de Avellaneda, uno de los grandes de la liga argentina, y Rosario Central, el club de sus amores y que en 2024 volverá a jugar la Copa Libertadores, un aliciente para el regreso del hijo pródigo a casa.