“Escuché los tiros y me extrañó, aunque pensé que eran truenos o cohetes”
Antonio Pérez, vecino de la familia asesinada en Elche, reconoce que escuchó los disparos aunque nunca pensó de que se trataría de la muerte de estas tres personas a manos de su hijo, un menor de 15 años
Elche | 12.02.2022 15:17
Elche se ha despertado consternada por el triple asesinato descubierto anoche en un chalet de la partida rural de Algoda, donde un chico de 15 años confesó haber matado a sus padres y a su hermano, de diez años, por una discusión relacionada con un castigo por no dejarle usar el wifi debido a sus malas notas. Un vecino, Antonio Pérez, ha reconocido haber escuchado los disparos el martes pero que, en ningún momento, llegó a relacionarlos con el desenlace que ahora se ha conocido: “Pensaba que eran truenos o cohetes, aunque me extrañó porque ese día tampoco había fútbol”, afirma.
El menor disparó a su madre, a su hermano y a su padre
El menor mató el martes por la noche a su madre, a su padre y a su hermano pequeño con una escopeta que había guardada en casa, como así lo confesó a los agentes de la Policía Local que fueron los primeros que acudieron al lugar de los hechos. “Ahora me ha venido todo a la cabeza. Escuché el martes un ruido que me pareció el de unos cohetes y caí anoche en aquellos ruidos cuando vi la cantidad de coches y policía que había en la puerta de la casa de al lado”, asegura Antonio Pérez.
Los disparos, el martes sobre las diez de la noche
En un primer momento, este vecino, cuyo chalet linda con el que fue escenario de estas tres trágicas muertes, pensó que “habían entrado a robar otra vez”. Los disparos los escuchó después de cenar, tras entrar a casa después de su jornada de trabajo: “Eso fue por la noche, cuando llegué a casa del trabajo, sobre las nueve y media o las diez. Lo escuché desde el comedor y pensé que eran truenos”.
"Da mucha pena que por un castigo pase esto"
Desde el martes hasta la madrugada del viernes no tuvo información sobre lo ocurrido ni tampoco echó a faltar a sus vecinos porque, según reconoce Antonio Pérez, “en el campo se habla muy poco aunque seamos vecinos valla con valla”. Emocionado, lamenta lo sucedido: “Da mucha pena ver cómo está la vida y que por el castigo de un hijo pase esto, yo también tengo nietos y esto que ha pasado es muy fuerte…”.