El cierre del trasvase Tajo-Segura provoca en el Camp d’Elx recortes en la disposición de su agua
La Comunidad de Regantes El Canal, la más numerosa de la agricultura ilicitana, limita las aportaciones a 400 metros cúbicos por hectárea y los regantes buscan alternativas
Elche | 02.11.2022 16:32
La falta de agua para regadío procedente el trasvase Tajo-Segura provoca ya limitaciones de agua para los cultivos en el Camp d’Elx.
El trasvase acumula dos meses consecutivos sin aportes para regadío y el Ministerio para la Transición Ecológica ya ha advertido que la situación se puede prolongar durante seis meses. Además, antes de llegar a la situación de ‘trasvase 0’, el ministerio llevaba varios meses limitando las aportaciones hídricas para regadío a la cuenca del Segura desde la del Tajo, muy por debajo de los 20 hectómetros cúbicos del volumen que había dictaminado la Comisión Central de Explotación del trasvase.
La situación ha obligado a las entidades de regantes a realizar recortes importantes en sus planificaciones de riego y al inicio de la búsqueda, prácticamente contrarreloj, de nuevas fuentes para lograr la llegada de agua.
Por ejemplo, la Comunidad de Regantes El Canal, que tiene más de 6000 comuneros y es la más numerosa del Camp d’Elx, ha limitado la disponibilidad de agua para regadío del trasvase Tajo-Segura a 400 metros cúbicos por hectárea. Cuando se sobrepase esa cantidad asignada se interrumpirá el suministro de agua.
A esa restricción de agua para regadío procedente del trasvase Tajo-Segura que han aplicado los regates de El Canal también se han visto obligados el resto de las entidades agrícolas del Camp d’Elx.
A los regantes no les queda ahora más que buscar alternativas al agua del trasvase para poder regar.
Aunque el agua desalada es significativamente más cara que la que llega a través del trasvase Tajo-Segura, traer en los próximos meses la mayor cantidad de agua posible desde el Rincón de León, donde la Comunidad GeneralRiegos de Levante tiene una concesión de hasta 2,7 hectómetros cúbicos, es la opción más inmediata, pero también se está barajando la posibilidad de comenzar a mezclar agua desalada y del trasvase en las conducciones de riego de las explotaciones agrarias.
También existe la posibilidad de que en enero de 2023 pueda aprobarse un decreto de sequía que abra la posibilidad de extraer agua de pozos de sequía.