20 de marzo de 2025
La Audiencia Nacional juzga este lunes a la exdirigente de ETAIratxe Sorzabal por la colocación de una bomba en el aeropuerto de El Altet de Elche en julio de 1995, que fue encontrada por una empleada de la limpieza en una papelera y desactivada por los Tedax sin causar daños.
Sorzabal fue detenida en Francia en 2015 y la Fiscalía pide para ella seis años de prisión y la prohibición de que durante cinco años vuelva al Aeropuerto Alicante-Elche ‘Miguel Hernández’.
Según relata el Ministerio Público en su escrito de acusación, la exdirigente de ETA colocó un artefacto explosivo en el aeropuerto el 29 de julio de 1995 y una empleada de la limpieza lo encontró cuando iba a vaciar la papelera, situada en el túnel que une el aparcamiento con la llegada de pasajeros.
Las Fuerzas y Cuerpo de Seguridad del Estado acordonaron la zona y los Tedax desactivaron el artefacto, que estaba compuesto por un reloj digital, una pila de 9 voltios, 500 gramos de sustancia explosiva, un detonador eléctrico y unos cables.
Para la Fiscalía, esos hechos con constitutivos de un delito de terrorismo del Código Penal de 1973, que es el que estaba vigente en el momento de los hechos.
Iratxe Sorzabal fue condenada en 2022 por primera vez en España a 24 años y medio de prisión por un doble atentado perpetrado en noviembre de 1996 en Gijón contra una farmacia y el Palacio de Justicia.
Antes de ser arrestada en Francia, fue detenida en el municipio guipuzcoano de Hernani y quedó en libertad tras lo que huyó a Francia para unirse a ETA, donde fue capturada nuevamente en 2015.
Además, recientemente, un juzgado de la Audiencia Nacional ha reabierto el sumario por el asesinato del suboficial de la Ertzaina Montxo Doral en 1996, un crimen que la Policía autónoma vasca atribuye a un comando bajo la dirección de Sorzabal.
Al igual que cuando fue juzgada por el doble atentado en Gijón, su defensa ha alegado, para intentar evitar el juicio, que durante su primera detención en 2001 fue obligada por la Guardia Civil, mediante torturas, a confesar su participación en estos atentados.
Poor otro lado, el Tribunal Correccional de París la condenó en rebeldía en junio de 2006 a tres años de cárcel por su pertenencia al aparato político de ETA y en 2013 fue de nuevo condenada en rebeldía en el juicio en el que se le impuso una cadena perpetua al padre de su hija, el exdirigente etarra Mikel Carrera Sarobe, Ata, por el asesinato de dos guardias civiles en Capbreton en 2007.