Yoga y trauma: La práctica deportiva que puede curar
Los beneficios incluyen una mayor sensación de seguridad en el cuerpo, reducción del estrés y la ansiedad.
Castellón |
La práctica del yoga sensible al trauma emerge como una herramienta terapéutica poderosa. Esta modalidad de yoga se adapta especialmente a personas que han experimentado situaciones traumáticas, aunque Adriana Sanz, asegura que un trauma no debe asociarse solo a algo especialmente doloroso, puede ser cualquier proceso vivido por cualquier persona.
En lugar de centrarse únicamente en posturas físicas, el enfoque se dirige hacia la conexión mente-cuerpo y la regulación emocional.
Adriana Sanz, instructora de yoga sensible al trauma, ha recibido formación especializada para comprender las complejidades de las experiencias traumáticas y adaptar las clases de manera segura y compasiva. Esto implica un énfasis en la elección y autonomía del individuo, permitiéndoles controlar su práctica y respetar sus límites.
Los beneficios incluyen una mayor sensación de seguridad en el cuerpo, reducción del estrés y la ansiedad, y una mejora en la capacidad para manejar desencadenantes emocionales. Además, se ha observado un aumento en la resiliencia emocional y una mayor autoconciencia.
Con el creciente reconocimiento de la importancia de la salud mental, el yoga sensible al trauma está ganando terreno como una forma efectiva de sanación holística para aquellos que buscan recuperarse de experiencias difíciles.