Más del ochenta por ciento de los abonados a Aguas de Alicante disponen de contador con lectura remota
-La implantación de lectura en remoto supone un impulso a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030
-El sistema aporta beneficios a la ciudadanía, los ayuntamientos y para el medio ambiente
Alicante | 01.01.2022 06:00 (Publicado 31.12.2021 10:08)
Este año 2021, Aguas de Alicante ha conmemorado el XXV aniversario del inicio de su apuesta por la digitalización en todos sus procesos. Entre ellos, la red de telelectura o lectura en remoto de los contadores de agua en todo este recorrido de la compañía. Esta red juega un papel clave hacia las Smart Cities, motivo por el que la empresa hace suya la filosofía de que “una ciudad conectada es una ciudad mejor gestionada”, entre otros ámbitos, mediante la gestión integral de la información de la red de telelectura. Con una cifra de abonados de 204.963, la ciudad de Alicante alcanza ya los 167.787 con contadores de telelectura instalados, lo que representa que el 81,86 por ciento de los usuarios disfrutan hoy en día de sus múltiples ventajas.
En una década que resultará esencial para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), cada parte de la sociedad debe asumir su porción de responsabilidad en este propósito. Los ODS (posteriores al año 2015) motivan más que nunca que la apuesta por la innovación y el desarrollo tecnológico sean el foco de acción para Administraciones y empresas.
La Inteligencia Artificial y las tecnologías digitales pueden convertirse en elementos de impulso para la Agenda 2030, con los datos como elemento común sobre el que se fundamentan. Así, compañías como Aguas de Alicante llevan años apostando por ese vínculo entre innovación y ODS, motivadas por un trabajo diario que gira en torno a un recurso valioso y escaso, y cuyo ODS de referencia (ODS 6: Agua Limpia y Saneamiento) tiene un carácter transversal y es clave para la consecución del resto.
BENEFICIOS
Como empresa mixta, Aguas lleva a cabo su labor diariamente con el foco puesto en un triángulo de acción formado por Ciudadanía, Ayuntamiento y Sociedad en general (a través de los ODS). Así, en relación con la ciudadanía, la lectura en remoto aporta al usuario información precisa de su consumo, con posibilidad de activar alarmas personalizadas que alerten de fugas o consumos no controlados (ocupación no autorizada de la vivienda); además, potencia la privacidad del hogar (imprescindible en COVID), eliminando la obligatoriedad de aportar las lecturas y suprimiendo las estimaciones. Junto a ello, el usuario tiene la posibilidad de elección de la periodicidad de su facturación, lo que le permite acompasar la factura de agua con los ingresos personales (mensuales, mayoritariamente) y facilita el pago a los colectivos económicamente más desfavorecidos con importes menores.
Con respecto a los ayuntamientos, la apuesta por la telelectura supone un importante ejercicio de Transparencia (ODS 16: Paz, justicia e instituciones sólidas) e impulso a la modernización urbana y del servicio de agua. La aportación de los datos de consumo a los portales Open Data municipales, convenientemente despersonalizados, es un claro impulso de las Smart Cities, con ejemplos como el uso de dichos datos en el ámbito social (teleasistencia a personas mayores). Además, el control exhaustivo de los consumos de las instalaciones municipales (parques, jardines, oficinas, colegios…) es otra de sus ventajas. En dichas instalaciones, la información detallada 24x7 a través de la Oficina Virtual Online y las alarmas por potenciales fugas o consumos anómalos cobran especial relevancia, dado su gran tamaño y la concurrencia de público.
Si es a través del agua como nos afectan muchos de los efectos del cambio climático (eventos extremos: sequías, inundaciones…), también a través de él puede llegar una parte esencial de la adaptación. Por su impacto en la higiene, la salud, la educación, la igualdad, el modo de vida y la alimentación, es el recurso vital para el desarrollo sostenible y uno de los pilares que sostiene la Agenda 2030, de ahí la importancia del trabajo colaborativo, bajo el prisma del ODS 17: Alianzas para lograr los objetivos, para el desarrollo de proyectos y soluciones innovadoras a los retos que como sociedad tenemos por delante.