LA AMENAZÓ DE MUERTE SI SE RESISTÍA

36 años de cárcel para un hombre por violar tres veces a la canguro de sus hijos

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a 36 años de prisión a un hombre por violar en tres ocasiones a una mujer que se hacía cargo del cuidado de sus hijos. Asimismo, tendrá que indemnizar a la víctima con 30.280 por las lesiones y los daños morales causados

Europa Press

Alicante | 20.05.2021 17:47

Audiencia Provincial de Alicante | ondacero.es

Los hechos ocurrieron en el verano de 2019 en el domicilio del acusado, en Calpe, en donde la víctima trabajaba cuidando a sus hijos, en tres ocasiones en las que la violó anal, vaginal y bucalmente, bajo la amenaza de que la mataría si se resistía y con agresiones físicas, que incluyeron arrastrarla por el suelo, pese a la oposición de la víctima que le pedía que no lo hiciera porque era "virgen" y porque al ser musulmana "le arruinaría la vida".

La mujer logró zafarse del condenado en la última ocasión y huir para pedir ayuda, en un momento en que los hijos del acusado se interpusieron para evitar los golpes. La mujer saltó a casa del vecino, que no quiso ayudarla porque el acusado era amigo suyo, y en cambio llamó a un tío de este último, que le pidió que no llamara a la Policía que resolverían el problema entre ellos. Tampoco le prestó ayuda un vigilante de la urbanización donde residían y sí dos menores que iban en bicicleta y que llamaron a su padre, que le prestó auxilió.

EL TESTIMONIO DE LA VÍCTIMA, TOTALMENTE CREÍBLE

Los jueces señalan en la sentencia que el testimonio de la mujer "no ha presentado fisuras o contradicciones que hagan dudar de su credibilidad". Por ello, recoge que su declaración ha sido "no sólo contundente sino que a lo largo de las diversas veces que ha prestado declaración, su relato ha sido casi idéntico".

Además, subraya en este caso el "desnivel de posición notorio" entre el acusado, empleador, y la mujer, que "no solo dependía económicamente" de él sino también a nivel personal, dado que vivía en su casa, no hablaba español, y sus relaciones con el exterior eran mínimas ya que no tenía ni familiares ni amigos.

Y esta "situación de indefensión" es "aún más evidente" cuando intentó huir y el vecino no la auxilió. Para la sala, esto explica por qué no denunció ya el primero de los hechos.