Restaurantes de Madrid que cumplen años al frente de los fogones
A pesar de que a mucha gente no le gusta cumplir años, hay que ser realista… Porque cumplir es un privilegio, es celebrar la vida. Y que un restaurante celebre un aniversario tras otro es sinónimo de esfuerzo, de trabajo, de constancia, de hacer disfrutar a sus clientes y de aguantar chaparrones como crisis económicas, pandemias, aperturas de otros restaurantes competencia… Así que hoy en Pá Comerse Madrid vamos a felicitar a algunos valientes de la hostelería.
Comenzamos en un conocidísimo sitio en la carretera de Colmenar Viejo Km 14,5 que está celebrando su 90 cumpleaños, el Mesón de Fuencarral. Una gran casona que fue una antigua casa de postas y vaquería. Su cocina, tradicional como la que hacían las abuelas y olía toda la casa. Las que se removían con cuchara de palo, y que Ramón Dios, tercera generación en este restaurante sigue haciendo para hasta 300 personas que caben en sus salones y terrazas. Ahora si queremos probar sus clásicos, han elaborado un menú ‘Los 90 del El Mesón’: Bonito escabechado en la casa y pimientos asados, Gazpacho castellano, croquetas de jamón y pollo, morcilla de arroz negra, judías verdes con jamón ibérico, callos a la madrileña, migas con chorizo y huevo. De principales, porque esto eran solo los entrantes, cordero lechal asado al estilo del mesón, y para terminar, su Leche frita castellana con helado. El precio, 45€
Todo amante de la carne saliva al escuchar el nombre de La Taberna de Elia, en la Vía de las Dos Castillas, 23. Pozuelo de Alarcón. y no es para menos, porque su alma mater, Cata Lupu, lleva 15 años conquistando con una selección de piezas tanto nacionales como internacionales de distintas maduraciones. Es un apasionado de su trabajo y eso se nota en cada uno de los cortes que llegan a la mesa, que para eso mucha gente le llama ‘el rey de la carne’, porque no hay un sitio con una carta solo de carnes igual que aquí. Pero por su gran parrilla pasan muchos más productos porque tienen una oferta muy amplia y para todos los bolsillos, y hasta el Pisto lo preparan con las verduras a la brasa, y coronan con un huevo, o sus pescados fresquísimos. Y para terminar, no puede faltar Arroz con leche al estilo asturiano.
Y que un restaurante que no tiene carta y que solo sirve un plato cumpla 25 años, es un auténtico milagro. Un milagro que se mezcla con un muy buen hacer. Hablo de Casa Carola en Padilla, 54, que celebra las Bodas de Plata preparando uno de los mejores cocidos madrileños de la capital Al frente del negocio están los hijos del fundador, Jaime y Chilo, que se esfuerzan por cuidar al comensal y que cada paso por Casa Carola sea como ir a disfrutar de un reconfortante puchero a casa de la abuela. Abren de septiembre a junio -que son muy valientes pero no rozan la locura- y está compuesto de tres vuelcos servidos al centro de la mesa del que se puede repetir las veces que se quiera, y su precio es de 32,90€ € por persona y que incluye copa de cava y croqueta del cocido así para empezar, Sopa de fideos recién hecha, Garbanzos segovianos, patata nueva y verduras frescas, Carnes de añojo y pollo, chorizo de sarta, morcilla casera, tocino ibérico, codillo de jamón y huesos de caña, salsa de tomate natural, postre casero, café y chupito.
Y 10 años como 10 soles (aunque solo tienen 2 oficiales) son los que cumple Lakasa (Plaza del Descubridor Diego Ordás) de los grandes César Martín y Marina Launay, un restaurante con alma de casa de comidas ‘de bien’. Esos sitios en los que nunca fallas, donde sabes que siempre vas a comer bien o mejor que bien, con un punto informal, otro tradicional, otro de autor, mucho de cocina de temporada y elaboraciones siempre impecables. Clásicos como los buñuelos de Idiazabal, los mejillones de roca con salsa Paris, aleta de raya con mojo, paloma torcaz asada con curry rojo, o el solomillo Wellington tan difícil de encontrar y que aquí hacen por encargo solo los viernes, son algunos de sus platos clásicos.
A todos los valientes restauradores que seguís año tras año al pie del cañón haciendo felices a nuestro paladar y nuestro estómago, ¡FELICIDADES!