Una reforma hecha en 1958 habría provocado esa fatiga de materiales que estaban sometidos desde entonces a una sobrecarga que acabó en el derrumbe parcial del edificio el martes por la tarde.
Aún se está realizando el desescombro del solar y, según los técnicos, cuando se termine, las viviendas de la letra C serán habitables, algo que los inquilinos de momento ni se plantean.
"Está más estable pero las personas que estamos aquí no queremos regresar allí. Sólo queremos sacar nuestras pertenencias, irnos de allí y olvidarnos de esto por completo", ha declarado a Onda Cero Sara, una de las personas afectadas que se reunirá, junto con el resto de vecinos, con el Ayuntamiento de Madrid para conocer su futuro tras abandonar el hotel en el que ahora se encuentran alojados.