Rull solemniza el inicio de la cuenta atrás para investir un president y evitar elecciones
Illa y Puigdemont, pues, disponen hasta el 26 de agosto para conseguir los votos imprescindibles para su investidura o, de lo contrario, Cataluña se verá abocada a una repetición electoral a mediados de octubre.
El presidente del Parlament, Josep Rull, ha solemnizado este miércoles ante el pleno de la cámara catalana la activación de la cuenta atrás de dos meses para investir a un nuevo presidente de la Generalitat y evitar así una repetición electoral.
Así lo ha hecho al inicio de la sesión plenaria convocada en sustitución del primer pleno de investidura, ante la ausencia por ahora de candidatos, después de que tanto el primer secretario del PSC, Salvador Illa, como el expresidente catalán Carles Puigdemont (Junts) hayan pedido más tiempo para recabar los apoyos necesarios.
Illa y Puigdemont, pues, disponen hasta el 26 de agosto para conseguir los votos imprescindibles para su investidura o, de lo contrario, Cataluña se verá abocada a una repetición electoral a mediados de octubre.
Rull ha firmado una resolución en la que constata que, tras su ronda de consultas con los líderes parlamentarios, aún no se ha postulado ningún candidato a la investidura, por lo que activa el cronómetro de los dos meses, a la espera de que vayan evolucionando las negociaciones entre los grupos políticos.
Un acto equivalente a una investidura fallida
Esta resolución, leída por Rull ante el pleno, representa un "acto equivalente" a una investidura fallida, por lo que a partir de este miércoles, 26 de junio, empiezan a contar los dos meses para celebrar una investidura.
Rull ha puntualizado que dos grupos -en referencia a PSC y Junts- sí han expresado su "voluntad de explorar las vías para construir" una mayoría suficiente para una investidura.
Quien tiene más opciones para reunir los apoyos necesarios es Illa, ganador de las elecciones catalanas del pasado 12 de mayo con 42 escaños,, pero para ello debe convencer a Comuns y -más complicado aún- a ERC, que condiciona su apoyo a un acuerdo previo para dotar a Cataluña de una "financiación singular".
Más remotas son las posibilidades de Puigdemont, que pasan no solo por atar los veinte votos de ERC, sino también por convencer al PSC de que se abstenga, algo que los socialistas ya han descartado.