Según han informado a Efe fuentes cercanas al caso, los hechos ocurrieron la mañana del pasado sábado, día 29, cuando el presunto agresor, un preso en la cárcel de Ponent de Lleida a quien el juez de vigilancia penitenciaria le concedió un permiso de tres días, abordó a la mujer en Igualada cuando ésta se dirigía a su vehículo después de salir de un domicilio.
El sospechoso se llevó a la chica hasta una zona boscosa de Castellbisbal, municipio situado a unos 45 kilómetros de Igualada, y una vez allí supuestamente la violó, la agredió con un arma blanca y le robó.
La víctima, que pudo pedir ayuda a través de su teléfono móvil, se encuentra ingresada en un hospital de Martorell (Barcelona) y presenta lesiones relevantes, según las fuentes.
El presunto agresor fue detenido en Igualada sobre las 14:00 horas del domingo, día 30.
Según las fuentes consultadas por Efe, los Mossos d'Esquadra se pusieron tras la pista del detenido porque su sobrino intentó sacar dinero con una tarjeta de crédito de la víctima.
El detenido cumple actualmente condena en la cárcel de Ponent de Lleida, en régimen de segundo grado, por un delito de violencia sexual cometido en 2002.
El juez de vigilancia penitenciaria le concedió un permiso de tres días, que precisamente finalizaba hoy a las 16.00 horas.
Se trata del tercer permiso de estas características que se le concedía para salir de prisión, ya que el primero lo obtuvo durante tres días del pasado mes de julio y el segundo en septiembre pasado, también de tres días, sin que conste que se produjera ninguna incidencia.
Además, en su día a día se le había concedido el permiso 100.2, muy habitual en el régimen penitenciario, que le permitía salir a trabajar en un taller exterior, en este caso el Centro de Producción de Raimat, muy cerca de la cárcel, gestionado por el Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE).
El interno seguía voluntariamente el programa de tratamiento específico para condenados por violencia sexual, según las fuentes.
La tasa de reincidencia en violaciones y agresiones sexuales en los condenados por delitos sexuales, una vez abandonan la prisión, se sitúa en Cataluña en el 6%.