En La Solana y Calzada de Calatrava dos explotaciones de caprino, que juntas suman alrededor de 300 cabezas, han visto como sus cabras iban al matadero esta semana y, la próxima, otra en Valdepeñas con 600 animales. En Albaladejo 400 y 150 más en Pozo de la Serna. Todos vaciados sanitarios que, en apenas dos meses, supondrán el sacrificio de las cabras para estos ganaderos. Los afectados están desilusionados y desanimados.
Muchos al borde de la ruina, se quedan sin cabras y siguen pagando inversiones o gastos. Las ayudas de la Administración son pocas y tardan en llegar.
Estos vaciados sanitarios se suman a los realizados, a mediados de octubre, en Alcubillas y Villamanrique, con unos 270 animales sacrificados. Dos explotaciones familiares de la comarca de Campo de Montiel donde, además, hay relevo generacional con la incorporación al oficio de los hijos, en ambos casos dos jóvenes de 25 años.
Hay aprobados otros dos más, en Campo de Criptana y en La Solana, que se producirán a principios del próximo año.
Por ahora, son nueve los ganaderos de la provincia que han decidido acogerse a esta drástica medida. En todos los casos una parte significativa de sus animales dio positivo en tuberculosis en una primera analítica y, según los profesionales sanitarios, las probabilidades de una segunda tanda de cabras infectadas son tan altas que eligen el vaciado sanitario en un intento de frenar las pérdidas económicas.
Para muchos es el final de su actividad como cabreros.