Este lunes Comsermancha comenzará a distribuir el nuevo contenedor de tapa marrón
En el contenedor marrón se debe desechar el material biodegradable
A partir de este lunes, 17 de mayo, la Mancomunidad de Servicios Comsermancha comenzará a repartir en los municipios de su ámbito de actuación, en un principio, un total de 509 contenedores para la recogida de los residuos orgánicos, el de tapa marrón, el cual se situará en las áreas de recogida selectiva, donde ahora se encuentran el gris, el azul, el amarillo y el verde.
El reparto comenzará en las poblaciones de mayor número de habitantes y continuará por el resto hasta llegar a los 21 municipios, una EATIM y una pedanía que forman parte de Comsermancha. Así, en unos 15 días, el contenedor de tapa marrón entrará formar parte del paisaje urbano de todas estas localidades.
La puesta en marcha de la recogida de la fracción orgánica se enmarca dentro de las políticas europeas para la reducción de los residuos sólidos urbanos que van a los vertederos, buscando su reutilización y en muchos casos su valorización, manteniendo siempre presente que el fin principal es la reducción progresiva de los residuos que se generan en los hogares, poniendo en valor la regla de las tres erres: reducir, reciclar y reutilizar, a la que se puede sumar una cuarta “r”, la de reparar.
¿Cuáles son los residuos orgánicos?
Los residuos o desechos orgánicos son cualquier material que sea biodegradable, en general de origen vegetal o animal, lo que significa que tiene la capacidad de descomponerse de forma natural y ecológica en un corto periodo de tiempo, el cual tras un proceso en la planta de Comsermancha se convertirá en compost, un biorresiduo que puede aprovecharse como fertilizante, e incluso como generador de energía.
¿Qué residuos desechar en el contenedor marrón?
Entre los restos y residuos que pueden desecharse en el contenedor de tapa marrón, se encuentran los restos de jardines, residuos alimentarios y de cocina: restos de frutas y verduras, espinas de pescado, comida en mal estado, cáscaras de huevo, posos de café o bolsas de infusiones; pero también las cajas de pizza manchadas de aceite, las servilletas y papel de cocina usados, que sean procedentes de hogares, oficinas, restaurantes, servicios de
restauración colectiva y establecimientos de consumo al por menor, y residuos comparables procedentes de plantas de transformación de alimentos.
Por lo tanto, todo residuo que pueda descomponerse de manera natural deberá ser depositado en el contenedor de tapa marrón.
¿Debe tirarse la basura orgánica embolsada?
Los residuos orgánicos deben ser introducidos en el contenedor de tapa marrón en bolsas compostables o biodegradables, bien cerradas para evitar vertidos. Este tipo de bolsas al ser más transpirables facilitan la evaporación de la humedad, evitando la acumulación de los líquidos (lixiviados) que contienen los residuos orgánicos.
Por otro lado, las bolsas compostables se degradan rápidamente, al mismo tiempo que la materia orgánica, mientras que la bolsa de plástico es un material impropio que tarda mucho más tiempo en degradarse, generando problemas en las plantas de tratamiento y reduciendo la calidad del compost.
¿Cómo se beneficia el medioambiente de la separación de la basura orgánica?
La recogida separada facilita la gestión de los biorresiduos en la planta de tratamiento. Una mejor gestión significa una disminución de las cantidades enviadas a vertedero. No podemos olvidar que la gestión de residuos es la cuarta causa de emisión de gases de efecto invernadero en Europa: la materia orgánica depositada en vertedero, entra en un proceso de descomposición anaeróbica y emite CO2 y CH4.
Cuando son desechados en un vertedero, los residuos alimentarios se descomponen lentamente y sin oxígeno. Este proceso produce metano, un gas de efecto invernadero 84 veces más potente que el CO2 en un periodo de 20 años.
La buena noticia es que los productos orgánicos se pueden reciclar fácilmente para convertirlos en productos beneficiosos para el suelo como el compost, el mantillo y los fertilizantes líquidos, así como en biocombustible, un gas natural renovable.
Además, las nuevas infraestructuras de recogida de orgánica proporcionarán nuevos puestos de trabajo, protegerá el medioambiente y devolverá los residuos orgánicos al cultivo de alimentos y a la construcción de suelos saludables.