La llegada del SARS-CoV-2 ha generado millones de infecciones e ingresos por afectación pulmonar e inmunológica, pero los estragos de la pandemia no se limitan solo a los efectos que este virus deja en el organismo sino a múltiples aspectos colaterales que merman la salud, bien por acción o inacción de cada persona. Esto es lo que está ocurriendo en lo referente a la dermatología, ya que por un lado se han podido observar manifestaciones cutáneas en los pacientes COVID-19 vinculadas a la infección, pero también múltiples problemas originados por el uso de hidrogeles o de mascarillas.
El principal escollo en el retraso diagnóstico del cáncer de piel es que las lesiones crecen complicando su cirugía y aumentando la posibilidad de generar metástasis y dificultar el tratamiento de este tumor que, cuando se detecta a tiempo, tiene altas posibilidades de curación. Por otro lado, el uso constante de geles hidroalcohólicos y de mascarilla ha generado un aumento de consultas por eccemas de contacto, acné, dermatitis seborreica y rosácea, y el miedo a la pandemia ha conllevado retrasar la consulta con el dermatólogo
En Más de Uno Albacete hemos tenido oportunidad de entrevistar a la doctora Cristina Galván, portavoz de la Academia Española de Dermatología, con quien también hemos hablado de la respuesta cutánea a la Covid y de los estudios relacionados con la vacuna y la piel