Cedido por BM para investigación

El Instituto de Oceanografía recibe un ejemplar de calamar gigante para su estudio

Personal del Centro Oceanográfico de Santander ha realizado este lunes la disección de un juvenil de calamar gigante, cedido por Supermercados BM para fines de investigación.

Alicia Real

Santander |

El Instituto de Oceanografía recibe un ejemplar de calamar gigante para su estudio | IEO Santander

Personal del Centro Oceanográfico de Santander del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) ha realizado este lunes la disección de un juvenil de calamar gigante, cedido por Supermercados BM para fines de investigación.

Se trata de una hembra inmadura de 28 kilogramos y más de un metro de longitud (sin contar los tentáculos) capturada la semana pasada en el golfo de Vizcaya, posiblemente perteneciente a la especie Architeuthis dux, cuyos adultos pueden llegar a medir más de 20 metros de longitud total y a pesar cerca de una tonelada, siendo la especie de invertebrado más grande del mundo animal.

De importancia para la investigación

A falta de corroborar esta identificación taxonómica con métodos genéticos, el equipo científico ha señalado la importancia de obtener ejemplares de estas especies para investigación. “Aunque esta especie se distribuye por las aguas profundas de los océanos de todo el mundo, es muy esquiva y sabemos relativamente poco de ella”, explica Eva Velasco, investigadora del Centro Oceanográfico de Santander. “Los pocos ejemplares que llegan varados a nuestras costas o que son capturados accidentalmente por buques pesqueros son importantísimos para la ciencia, ya que nos permiten obtener nueva información sobre la biología y ecología de estos animales, que vamos encajando como si estuviéramos completando un puzle”, añade la científica.

El personal de investigación ha preservado múltiples muestras del ejemplar, tanto para investigación propia como para colaborar con otras instituciones, y también para enriquecer las colecciones biológicas del Museo Marítimo del Cantábrico. “Estos animales suelen alimentarse de pequeños peces como bacaladillas y también de otros calamares, pero el ejemplar que hemos diseccionado solo tenía jugos estomacales, sin ningún resto que pudiera asignarse a una presa concreta. Las múltiples muestras que se han obtenido, sin embargo, podrían también utilizarse para conocer mejor su dieta mediante métodos bioquímicos y genéticos”, explica Lucía López, especialista en ecología y redes tróficas.

“La aparición de ejemplares de este tipo de especies siempre genera mucha expectación, precisamente por su rareza: son animales enigmáticos, que habitan ambientes inhóspitos, en condiciones de oscuridad y altas presiones, de los que queda mucho por conocer”, apunta la científica.