Si queremos conseguir la ración perfecta de rabas (o incluso el mejor bocadillo), nada mejor que seguir las indicaciones de nuestro cocinero, Floren Bueyes.
En primer lugar, hay que escoger una buena materia prima. Floren nos recomienda apostar por el calamar del Cantábrico antes que otras especies de cefalópodos como el peludín. Tampoco por calamar venido, por ejemplo, de Nueva Zelanda. Apostar por el producto local nos permite, además, conseguir unas rabas más sabrosas. La diferencia en el precio, asegura, está justificada por el resultado.
Continuamos secando los calamares y rebozándolos con la cantidad adecuada de harina (un exceso podría estropear el producto). Para eliminar lo que no es necesario, podemos utilizar un colador para sacudir las rabas y que caiga toda la harina que sobre.
Y para un buen resultado, una buena fritura: el tiempo justo, en aceite de oliva bien caliente y que, sin ser reusado en varias ocasiones, tampoco sea nuevo. Así evitaremos que sepa a crudo y que las rabas queden demasiado blancas.