Se estaba comercializando como un complemento alimenticio en herbolarios, sex shop, parafarmacias, centros dietéticos o tiendas de alimentación. La operación ha permitido sacar de la circulación 3.740 pastillas que tendrían un valor de mercado de 25.000 euros.
Este producto contenía gran cantidad de sildenafilo y tadalafilo, componentes prohibidos en este tipo de productos, pero se ocultaba en la información de la etiqueta. Las autoridades advierten que conlleva un riesgo elevado a los consumidores, puesto que tienen numerosas contraindicaciones en pacientes con afecciones de corazón, tensión sanguínea, insuficiencia hepática, problemas de retina, etc., además de presentar numerosas interacciones con otros medicamentos, pudiendo aparecer reacciones adversas de diversa gravedad.