Cinco punto de 9 posibles, pero el balance sabe a poco. Al menos en lo numérico, porque en las sensaciones el Sporting de Abelardo empieza a convencer: un equipo vertical, que siempre lo intenta y que pelea cada disputa y cada balón.
¿El problema? El de siempre, el gol. Si Djuka no marca no hay alternativa, y así es muy difícil. El Burgos propuso un partido de autobús al lado de Caro y le salió bien. Pasó dos veces del centro del campo y nada más; cuesta entender las palabras de Calero, su entrenador, asegurando que no se iba contento porque quería ganar. No lo demostró en el maltrecho césped del estadio gijonés, enfermo por un hongo que trae a los operarios de jardineria a mal traer.
Son 5 puntos sumados de 9 posibles, y ahora visita a Ponferrada. Se espera la presencia de un millar de aficionados rojiblancos en El Toralín el próximo sábado (18:30 horas), aunque directamente el club sólo gestionará la venta de algo menos de 300, con preferencia para los abonados más antiguos.
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