El desplome de los termómetros llegó acompañado, este fin de semana, por fuertes rachas de viento que no han dejado de dar problemas hasta última hora de ayer. De hecho, el concejal de bomberos, Alfonso Mendoza, ha recalcado que ha sido inevitable priorizar las emergencias y dejar abiertos servicios en los que los bomberos seguían trabajando esta mañana, tras atender ayer lo más apremiante.
Seis árboles de gran porte cayeron derribados por el viento en distintos de la ciudad, ocasionando afecciones al tráfico y daños en, al menos, dos vehículos. Además de árboles y ramas, la fuerza del viento provocó la caída de antenas e, incluso de placas solares; además, arrastró contenedores y estructuras para veladores que se convirtieron en peligrosos obstáculos para la circulación. Como medida de precaución se decidió cerrar los parques, pero esta mañana se han vuelto a reabrir al mejorar la previsión meteorológica, ha explicado Mendoza.
El delegado de la Agencia Estatal de Meteorología en Aragón, Rafael Requena, ha precisado que lo peor de este episodio ha pasado y la borrasca Juliette se dirige hacia el Mediterráneo, por lo que el viento va dando una tregua. Más lenta será la recuperación de las temperaturas, aunque de cara a la Cincomarzada el escenario meteorológico parece favorable.